Consternados se encuentran los pobladores de Wiwilí, en el departamento de Jinotega, después de conocer que la muerte de una niña de 10 años de edad no fue accidental sino ejecutada por su propia abuela.
Según información divulgada por medios locales, el pasado 25 de julio la menor fue encontrada sin vida en una hamaca, por lo que su abuela paterna, Paublina Sevilla Calderón, de 53 años, les aseguró a los familiares que la niña se había ahorcado mientras jugaba.
La mentira quedó al descubierto recientemente, cuando se informó que tras el confuso relato de la abuela se escondía una cruel realidad: ella le había quitado la vida a su propia nieta por vengarse de su nuera, con quien había sostenido una discusión.
El crimen ocurrió en la vivienda de Calderón, ubicada en la comunidad Boca El Corozal, en el municipio Wiwilí, Jinotega. Calderón y su nuera discutieron y en un acto de venganza, la abuela arremetió contra la pequeña niña.
La mujer fue detenida por la policía y está siendo procesada por el delito de parricidio, según la acusación presentada por el Ministerio Público en el Juzgado de Distrito Penal de Audiencia de Jinotega. Mientras tanto, se dictó prisión preventiva en su contra y la audiencia inicial fue programada para el próximo 12 de agosto.
