Cada 1 de octubre el aroma del café cobra un significado especial en Nicaragua, donde más que una bebida, representa cultura, sustento y pasión. En el Día Internacional del Café, las cafeterías del país no solo celebran el sabor del grano nicaragüense, sino también su papel clave como motor económico local.
Diana Ponce Ramos, dueña de Galileas Café, ubicada en Somoto, Madriz, compartió que su negocio está cerca de cumplir los 9 años y una de sus ventajas es que su padre es caficultor y de esta manera se evita la cadena de intermediarios, además de contar con granos producidos en el seno familiar.
Destacó que cultivar café no solo beneficia a su familia, sino que también genera oportunidades laborales, ya que su empresa produce café al por mayor y ofrece productos tostados, molidos y para preparar, con entregas a domicilio.
Por su parte, Coffe Lovers, con 8 años de trayectoria en San Rafael del Norte y una sucursal en Estelí, trabaja con 998 mujeres productoras de las montañas de Jinotega, quienes les proveen café de las variedades caturra y catuai, destinado también para exportación, según informó su propietaria Cristell Montenegro Rugama.
Concepción García Carrasco, propietaria de Café Uno en Condega, Estelí, señaló que su café es molido, 100% natural y procesado de forma orgánica. Lleva 12 años en este rubro, lo que le ha permitido consolidar su historia y ofrecer un producto de alta calidad al consumidor.
Estas emprendedoras recuerdan la importancia de este valioso grano en el día a día de los nicaragüenses. Porque en Nicaragua el café es más que una bebida, es historia de productores y consumidores.
