REGIONAL / Joel Castillo
En medio de luto y dolor, recordando experiencias vividas, ciento de feligreses llegaron este lunes hasta la casa de cultura en la ciudad de Ocotal, Nueva Segovia, donde las autoridades municipales realizaron un homenaje póstumo, al padre franciscano Fray Evaristo Bertrand.
Los feligreses de diferentes municipios de Nueva Segovia, hasta de Honduras, llegaron desde tempranas horas hasta Ocotal para darle el último adiós al padre Evaristo, a quien recordarán como un hombre humilde que dio su vida entera a las cosas de Dios.
Felipe de Jesús Núñez, dijo que desde los 17 años convivió con el padre Evaristo y recuerda que siempre prefería que comieran los demás antes que él.
“Entre más tiempo para Dios menos tiempo para el diablo, ese era el consejo que daba a los jóvenes, lo que caracterizó a Fray Evaristo fue su humildad” manifestó Felipe Núñez.
Rufino Rodríguez, quien viajó desde Danlí, Honduras, conoció al padre Evaristo en la década de los 70, cuando cumplió una misión en ese país, donde dejó un gran legado de evangelización en esas tierras.
Muchos fueron los feligreses que cargaron ayer el ataúd con cuerpo de Fray Evaristo Bertrand, que salió a eso de las tres de la tarde de la iglesia Nuestra Señora de la Asunción de Ocotal, donde una noche antes fue velado para ser trasladado hasta el pueblo indígena del municipio de Mozonte.
Los amigos de Fray Evaristo, ingresaron a la posada franciscana donde vivía y donde esperaban pacientemente otra cantidad de personas que no olvidan el legado del religioso.
Ana Isabel Ortez, quien viajó desde el municipio de San Fernando y Ana González, de Susucayán, lamentaron el fallecimiento del padre Evaristo, pero recuerdan la humildad por la que se caracterizaba.
Hoy a eso de las diez de la mañana los restos del padre Fray Evaristo Bertrand, serán sepultados en el cementerio municipal de Mozonte, contiguo a donde está sepultado Monseñor Antonio Madrigal, como parte de una de las últimas peticiones del franciscano en vida.