Este 26 de julio las familias se reúnen para honrar a quienes tejen recuerdos imborrables. El Día de los Abuelos es un tributo a la sabiduría, el cariño y el legado de quienes criaron a nuestros padres, fomentando valores, fortaleciendo lazos familiares y dejando huellas que perduran por generaciones.
Esta celebración surge en el onomástico de San Joaquín y Santa Ana, abuelos de Jesucristo.
José Hidalgo Urrutia, esteliano de 67 años, tiene siete nietos. Él describe que en cada abrazo se genera una oleada de calidez y alegría que inunda su corazón.
“Al correr de los años uno va asumiendo más amor y cariño por los nietos. Uno debe ser responsable y tratar que los nietos entiendan que el amor de los abuelos es sincero”, compartió Hidalgo.
Por su parte, Joel Isaac Castillo Gonzales, nacido en Achuapa, León, narra que sus abuelos marcaron profundamente su niñez, sobre todo, Sinforoso Arcia, quien le enseñó el trabajo del campo cuando tenía 12 años. Hoy, a sus 32, Joel labora como jardinero y conserva también los valores inculcados de honestidad y amor a su familia.
Los años pasan, pero las historias y leyendas que contaban los abuelos aún perduran en la memoria de Domingo Pérez Quintero, de 59 años, quien relata que cuentos como el de la “Carreta Nagua” solían influir en el comportamiento de los jóvenes de su época, quienes evitaban salir por las noches.
“Eso nos ayudaba a que no estuviéramos de vagos. La juventud de ahora no le pone mente a esas cosas, nosotros éramos de los que acataban lo que nuestros abuelos decían. Hoy un abuelo se mira como cualquier cosa”, expresó.
Lebny Tourniel destaca la importancia que han tenido sus dos abuelas en su vida desde la infancia. Considera que, más allá del rol de abuelas, se convirtieron también en figuras maternas y confidentes, quienes le han transmitido enseñanzas fundamentales, como los valores cristianos.
En muchos hogares nicaragüenses, especialmente cuando los padres deben migrar en busca de un mejor futuro, son los abuelos quienes asumen la responsabilidad de cuidar y criar a los nietos. Así lo vive Alexandra López, una adolescente de 14 años, quien reconoce el papel esencial que desempeñan sus abuelos en su crecimiento.
“En el tiempo que mi mamá ha estado fuera del país, mi abuela me ha servido como fortaleza y apoyo incondicional”, declaró la adolescente.
Los abuelos desempeñan un rol irremplazable, ofreciendo no solo cuidado y apoyo, sino también historias y enseñanzas que moldean el futuro. Su amor incondicional y su legado dejan huella para toda la vida.