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Vendedores ambulantes se enfrentan al temor por la pandemia y malas ventas

Los vendedores que salen a las calles de Estelí a ofrecer comidas como hot dogs, enchiladas y elotes han sido de los más afectados, pues muchas personas han dejado de comprarles.

Juan Carlos Somarriba, vendedor ambulante de enchiladas. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo
Juan Carlos Somarriba, vendedor ambulante de enchiladas. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo

Periodista Famnuel Úbeda
8-Septiembre-2021
Estelí-Nicaragua

Desayunar, almorzar y tomar café o refresco en la calle era muy común entre los estelianos, sin embargo, desde marzo de 2020, cuando se reportaron los primeros casos positivos de Covid-19 en Nicaragua, esto dejó de ser un negocio rentable para los vendedores ambulantes de alimentos.

Por más que se esmeren en la inocuidad de los alimentos, así como en la puesta en práctica de las medidas de bioseguridad, sus ventas no han vuelto hacer las mismas.

Ermis Abel Gutiérrez, un joven esteliano de 36 años de edad, es vendedor de hot dog desde hace más de 10 años y según él, entre 2020 y lo que va de 2021 se ha tenido que enfrentar, no solo al encarecimiento de la materia prima y gas butano, sino también a la falta de clientes.

Ermis es un trabajador nocturno y sus clientes han sido las personas que asisten a bares y restaurantes, sin embargo, con el cierre temporal de estos negocios sus ventas han decaído casi al 80 por ciento, relató a Noticias ABC, y eso lo hace muchas veces regresar con el producto a casa.

Este emprendedor manifestó que la gente tiene ganas de comer, pero el miedo a enfermarse del virus los limita a salir a divertirse y comprar en la calle. "Este año las ventas han bajado bastante, el fin de semana vendía de 40 a 70 hot dogs, pero llevo tres semanas que vendo de 20 a 25, las ventas han bajado por la pandemia pero sigo trabajando para subsistir por lo menos para el diario, con mi negocio mantengo a mis tres hijos y a mi esposa, además alquilo y pago 100 dólares al mes", relató Ermis. 

En tanto, Juan Carlos Somarriba es vendedor de enchiladas y tacos y según él para vender 50 unidades debe salir desde las 6 de la mañana hasta la 12 del mediodía y recorrer toda la ciudad, sin embargo, hay días que las calles están sin clientes que compren, lo que afecta directamente sus ingresos.

Él es padre de dos niños y comenta que durante el último año ha tenido que hacer malabares para llevar el sustento a sus dos hijos, pues la venta no es propia, sino que recibe un porcentaje y eso le hace la vida más difícil, sobre todo en estos días que el coronavirus no solo ha terminado con la vida de muchos en el mundo, sino también ha afectado la economía.

"Las ventas bajaron bastante, antes vendía 100 enchiladas, ahora salgo con 50 y de 50 vendo 45, el tema de la pandemia ha afectado bastante, a veces salgo en la tarde y después de las 6 ya no sale la gente, así que gano menos pero tengo que salir porque tengo que buscar resolver", contó Juan Carlos. 

Por su parte, Glenda Rodríguez, vendedora ambulante de elotes y tamales, desde hace más de 20 años recorre las calles de la ciudad con la esperanza de ganar lo justo para llevar alimento a sus tres niños.

Glenda relató a Noticias ABC que hasta antes de la pandemia, vendía un aproximado a 150 piezas, entre elotes, tamales y güirilas, pero hoy ha tenido que reducir la cantidad para poder vender, lo que implica menores ingresos en su economía familiar.

 "Como estamos ahorita con esta pandemia, a le gente no le gusta comprar, yo me pongo una bolsa en las manos para entregar los productos y a las clientas les pido que me digan cual quieren para que no me los toquen", comentó la vendedora. 


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