Ivana Valentina García, de 36 años de edad, nació en Colombia, creció en Ecuador y actualmente vive en Estelí. Su historia con el deporte comenzó por salud, corriendo apenas 10 o 15 minutos al día. Lo que empezó como un pequeño hábito, se convirtió en un estilo de vida: hoy, Ivana corre distancias de hasta 100 kilómetros.
Apasionada de la montaña, su amor por estas rutas nació gracias a la influencia de su esposo. Desde entonces, no solo descubrió un nuevo paisaje para sus pies, sino un verdadero refugio para su espíritu.
Ivana es madre, y aunque la maternidad podría haber sido un obstáculo para su pasión por correr, ella demuestra lo contrario. Su historia incluye un momento muy especial: una carrera donde continuó su trayecto mientras lactaba a su hija durante las pausas. Cada parada era una oportunidad para alimentar a su bebé y, al mismo tiempo, seguir avanzando hacia su meta.
Ivana también habla de los desafíos de ser mujer y correr sola, especialmente en la madrugada. Reconoce los riesgos, como el acoso o la inseguridad, pero asegura que con determinación y fuerza mental es posible disfrutar del deporte y superar los miedos que muchas veces nos impone la mente.
Ivana Valentina García, corredora determinada. Foto: Cortesía/Radio ABC StereoActualmente está creando un grupo de corredoras y corredores en Estelí, un espacio para compartir experiencias, motivarse y organizar salidas de forma segura.
Ivana enfatiza que nunca haber corrido antes no es un obstáculo: la clave está en la motivación y en dar el primer paso. No existe un peso exacto ni una edad límite para empezar; lo importante es disfrutar del movimiento, conectar con la naturaleza y mantener la constancia.
Ha viajado por el mundo corriendo: Sudáfrica, Turquía, Francia, Suiza, Italia, y también en América, desde Colombia, Ecuador y Guatemala, hasta su hogar actual: Nicaragua.
Ivana Valentina García nos recuerda que el deporte es mucho más que una actividad física: es un camino de motivación, resiliencia y pasión. Nos enseña que ser madre, mujer o principiante no impide perseguir nuestros sueños, y que, con fuerza y determinación, podemos superar cualquier barrera y conectarnos con lo mejor de nosotros mismos.
