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Caracol gigante africano: ¿por qué es tan peligroso?

Este molusco amenaza la flora y las especies nativas del país, además es un riesgo para las personas porque puede transmitir una gran cantidad de parásitos. El caracol gigante africano está entre las 100 especies más dañinas del mundo.

Esta especie está entre las 100 especies más dañinas del mundo. Imagen de referencia
Esta especie está entre las 100 especies más dañinas del mundo. Imagen de referencia

Periodista Redacción Digital ABC
29-Agosto-2023
Managua-Nicaragua

La presencia del caracol gigante africano —originario del este de Kenia y Tanzania— en Nicaragua ha conllevado a las autoridades fitosanitarias del país a decretar alerta en un sector de Ticuantepe, fortalecer las medidas de control de ingreso y hasta obligar a los ciudadanos a informar de inmediato si conocen o sospechan de la presencia del molusco en su zona, ante la situación surge la interrogante: ¿qué tan peligroso es este molusco?

El epidemiólogo nicaragüense Leonel Argüello dijo a LA PRENSA que los ciudadanos deben tener en cuenta que el molusco es “peligroso” y que está entre las 100 especies más dañinas del mundo y que “puede transmitir una gran cantidad de parásitos a través de su baba”.

“Su presencia no solo amenaza la flora y especies nativas del país, sino también que es un riesgo para los humanos, pues acarrea un parásito pulmonar de las ratas llamado ‘Angiostrongylus cantonensis’, responsable de enfermedades graves como la meningitis o inflamación de las capas que recubren el cerebro y otras afectaciones al sistema nervioso central como encefalitis y la angiostrongiliasis ocular“, apuntó Argüello.

El especialista nicaragüense explicó que las enfermedades mencionadas anteriormente se producen cuando las personas se contagian al llevarse las manos a la boca, después de tener contacto con la baba del caracol, así como por la ingestión de frutas y verduras contaminadas por su secreción.

Síntomas y cómo identificarlos

Para identificar la enfermedad en las personas, el especialista describió que los síntomas empiezan con dolor de cabeza, fiebre y malestar general con “una serie de manifestaciones neurológicas, que causan que las personas no funcionen bien, ya que la larva invade el cerebro, pero también afecta los ojos y se asocia a inflamación, visión borrosa y pérdida de la agudeza visual”.

Explicó que para sospechar de la enfermedad, usted debe estar consciente de haber tenido contacto con el caracol o un consumo de frutas o vegetales u otros, de lugares donde se encuentra este caracol.

“El diagnóstico de laboratorio no es fácil. El tratamiento es para el dolor y la inflamación y (en este caso) el uso de antiparasitarios no está indicado”, advirtió el epidemiólogo.

Recomendaciones

Enseguida apuntó que “si ves uno, ni lo toqués ni te lo comás, avisá a las autoridades agrícolas o de salud y si lo tocás, lavate inmediatamente las manos con agua y jabón, y consultá con tu médico”. También evitar el contacto con la baba, especialmente con ojos, nariz, boca y heridas.

Aunque las autoridades del Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA) informaron sobre la incautación de un zoocriadero del molusco, Argüello señaló que comúnmente son trasladados a diferentes partes del mundo por coleccionistas o entusiastas de su reproducción para el consumo.

Para poder identificarlo, el especialista describió que mide 20.32 centímetros de largo y 12.70 centímetros de diámetro, su cabeza presenta cuatro tentáculos, los más grandes en sus ojos. Asimismo, el gigante molusco se alimenta de materia orgánica en descomposición y heces de animales.

Es hermafrodita, es decir que no requiere macho para poner sus 1,200 huevos al año, consume más de 500 tipos de plantas, vegetales, frutas, algas, hongos, plantas ornamentales y buscan calcio hasta en la pintura y el estuco (fino) de las casas, con una sobrevivencia de 10 años. En períodos secos, indicó Argüello, cavan túneles en la tierra, donde pueden permanecer protegidos hasta un año o más. “Se puede combatir con veneno de caracoles y también eliminando las ratas, cuyas heces con gusanos se las come el caracol”, concluyó.


Fuente: LA PRENSA

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