Comunicador, amante de la radio y de las redes sociales, astrónomo aficionado, escritor de cuentos cortos y de poesía, filósofo, antropólogo y teólogo, es parte de lo que fue en vida el esteliano José Adolfo Huete Reyes, ex sacerdote diocesano y catedrático universitario, quien se rindió ante la muerte hoy miércoles 06 de abril, después de sufrir complicaciones de salud y batallar por su vida en un centro hospitalario.
José Adolfo, renunció a sus hábitos de religioso, pero nunca a su fe católica, mucho menos a servir a la comunidad con sus conocimientos, desde las aulas de clases y las pequeñas comunidades evangelizadoras.
Con esfuerzos y perseverancia, José Adolfo no sólo logró estudiar teología, sino también periodismo digital, marketing, liderazgo empresarial y docencia universitaria, conocimientos que lo llevaron a trabajar por 16 años como catedrático y relacionista público en la que fue la Universidad Católica del Trópico Seco (UCATSE), así mismo, como docente de apoyo a investigación y posgrados de esa casa de estudios. También laboró en otras universidades como docente horario.
En tanto, como radioaficionado puso en práctica sus conocimientos en los momentos de emergencias y catástrofes, como la del huracán Mitch en 1998, a través del monitoreo del clima y reproducción de alertas del SINAPRED para las comunidades rurales que estaban siendo afectadas.
Para algunos religiosos, como Fray Marlon Talavera Gutiérrez, del Monasterio Albertiniano Inmaculada Concepción de María, José Adolfo fue su principal motivador para que entrará a la vida monástica. Mientras, Doña Carmen Siles, del barrio Betania, lo recuerda como el hombre que se entregó a Jesucristo y a la comunidad a través de la formación y el compartir de la palabra de Dios.
El master José Adolfo Huete, este año había aperturado un grupo de educación de adultos para mujeres de su barrio, como parte de su compromiso social y como amante del desarrollo, dijo doña Liliam Rubenia Rodriguez Lira, habitante del barrio Betania.
Por su parte, sus compañeros del que fue su último puesto de trabajo, entre ellos Xiomara Hernández Herrera, lo recuerdan como un hombre polifacético y apasionado por lo que hacía.