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Cuidado al exponerse al sol

Los efectos del sol sobre el organismo son variables, constituyendo un hábito saludable, sólo cuando se toma con moderación, por los efectos beneficiosos en la absorción de la vitamina D. Se considera saludable tomar el sol durante no más de 15 minutos al día y a horas de baja insolación, antes de las 10 de la mañana o después de las 7 de la tarde. A efectos de la vitamina D basta con la exposición de las piernas.


Periodista Redacción Digital ABC
10-Abril-2017
Salud
Los efectos del sol sobre el organismo son variables, constituyendo un hábito saludable, sólo cuando se toma con moderación, por los efectos beneficiosos en la absorción de la vitamina D. Se considera saludable tomar el sol durante no más de 15 minutos al día y a horas de baja insolación, antes de las 10 de la mañana o después de las 7 de la tarde. A efectos de la vitamina D basta con la exposición de las piernas.

Por el contrario, cuando se toma en exceso, se convierte en un hábito nocivo o tóxico, especialmente en determinados tipos de piel que son más sensibles. Además del envejecimiento de la piel, las principales lesiones causadas por un exceso de sol son:

Bronceado:

considerado hoy como un símbolo de belleza, es un daño o efecto nocivo de efecto tardío a la exposición a las radiaciones ultravioletas sobre la piel, la cual reacciona con una producción excesiva de melanina para protegerse, adquiriendo esa tonalidad del bronceado.

Golpe de calor: se produce por la exposición prolongada al sol durante mucho tiempo, apareciendo enrojecimiento de la piel, aumento de la temperatura corporal y mareos.

Quemaduras o eritema solar:

aparecen poco después de la exposición al sol durante un tiempo excesivo y sin la debida protección, especialmente el primer día. La piel aparece enrojecida, caliente, e incluso con dolor pese a no tocarla, con hinchazón y con ampollas. El pico máximo ocurre a las 24 horas, y su duración puede ser de una semana si no se toma más el sol. En los casos graves pueden aparecer síntomas generales (fiebre, escalofríos o dolor de estómago), que requieren atención médica urgente.

Alergia solar:

algunas personas presentan reacciones alérgicas en la piel tras la exposición solar, apareciendo placas rojas, ampollas o habones; en la cara, el cuello, las manos y los brazos. En muchos casos se trata de alergias a otros elementos (alimentos, medicamentos, plantas, o cosméticos), que precisan la luz solar para provocar dicha reacción.

Fotodermatosis:

es un eczema de la piel por la exposición al sol, que requiere refrescar la zona afectada con agua fría.

Fotoinmunosupresión:

los rayos ultravioleta dañan las células de la epidermis encargadas de la defensa inmunológica de la piel, pudiendo disminuir o anular las reacciones de alergia de contacto y favorecer la aparición de infecciones de la piel.

Queratosis solar:

es una lesión escamosa en la piel de personas que permanecen largos períodos de tiempo al sol (albañiles, agricultores, marineros, etc.). Puede tratarse de una lesión precancerosa, por lo que debe ser valorada con rapidez por el médico.

Cáncer de piel:

en el desarrollo del cáncer de piel influyen varios factores, desde el determinante congénito (antecedentes familiares para el melanoma), a los determinantes endógenos (mayor riesgo en personas de piel y ojos claros con dificultad para broncearse), pasando por otros como la edad (mayor riesgo a partir de los 40 años); pero sobre todo lo esencial, son los determinantes exógenos, entre los que destacan las exposiciones repetidas y las quemaduras solares producidas incluso en la infancia. El 90% de los cánceres cutáneos, aparecen en las zonas de la piel más expuestas al sol: la cara, el cuello, las orejas, las manos y los antebrazos.

¿Sabías que el sol podía ser tan dañino?


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