El 10 de junio para muchos fue un día normal en actividades laborales o en cuarentena voluntaria, pero para el doctor Josué Javier Cruz Bonilla, de 27 años de edad, no lo fue. Sus conocimientos médicos junto a sus malestares, estaban a punto de confirmarle su presentimiento. "Fue el día que empecé a notar que probablemente había empezado a enfermarme", recuerda el médico general.
"Un día normal, me levanté, pero en la tarde empecé a sentirme cansado en el aspecto físico, no en el respiratorio, entonces me extrañó porque no había sido un día agitado, no había estado trabajando demasiado, me recosté y al día siguiente empecé a sentir una ligera fiebre, luego empecé a ingerir un analgésico y mejoré, pero me llamó la atención que empecé a sudar, transcurrieron tres días más y el síntoma permanecía, en vez de mejorar se sumaron otros síntomas: tos leve con demasiada expectoración, yo diría casi seca; y obstrucción nasal. En ese momento empecé a sospechar, como todo médico, que me había contagiado de coronavirus", relata Cruz Bonilla.
Según cuenta el doctor, para él no fue nada alegre darse cuenta: "fue lo peor, quizás me vaya a ir feo", pensó, sin embargo, asegura que intentó mantener la calma, su familia creyó que era gripe "pero era imposible creer eso por tantos casos sueltos por la ciudad, por el país". "El día que confirmé sintomatológicamente que era Covid-19 fue el día que perdí el olfato completamente, no distinguía el olor del café ni el olor más fuerte de la acetona, en segundo lugar el sabor era nulo, hasta el día de hoy sigo así", explica.
El autodiagnóstico del doctor Cruz Bonilla lo terminó de confirmar con pruebas de laboratorio. "Me hice una Biometría Hemática Completa y prueba de Proteína C Reactiva (PCR), una molécula que se activa en procesos inflamatorios y que indica que hay algo inflamado dentro del organismo y que no necesariamente es de causa viral. Lo que me indicó la viralidad del asunto fue la biometría, cuando vi que tenía unas células llamadas monocitos en mayor cantidad que lo normal, entonces yo asocié la inflamación más el proceso viral a una sospecha alta de coronavirus", detalla el galeno.
Con la certeza de estar infectado con coronavirus, llegaron los temores por su salud misma y la de los integrantes de su familia. "Desde el 10 de junio, sentí ansiedad, depresión, tristeza por temor de lo que iba a pasar, si me iba a complicar o no, por la situación en la casa con la familia, tengo a mis papás que son adultos mayores, vivimos 4 personas, inevitablemente de los 4, 3 tuvimos contagio, los 3 varones que vivimos nos complicamos y ese es otro dato importante: los varones tendemos a tener peores casos de coronavirus que las mujeres", señala.
Desde entonces, el doctor Cruz Bonilla no ha salido de su casa para evitar contagiar a otras personas, una medida ampliamente conocida y recomendada por las autoridades de salud. "Lo más importante es tratar y descubrir a tiempo el virus, ninguna gripe puede subestimarse ahorita, porque se dice que es coronavirus hasta que se demuestre lo contrario", advierte.
Desde fármacos hasta el muy recomendado te de jengibre fueron usados para su recuperación, explica el doctor, quien considera que su caso fue leve y no requirió hospitalización. "Creo que mi caso fue leve precisamente por las medidas que tomamos del lavado de manos, además que estábamos suplementándonos desde antes de enfermarnos con zinc y vitamina C, que reducen los tiempos de enfermedad en personas convalecientes", estima Cruz Bonilla.
El protocolo de tratamiento que usó el doctor para combatir al virus fue el uso de analgésicos, antiinflamatorios sencillos y antigripales que le controlaron la fiebre e ivermectina, únicamente porque asegura no haber tenido síntomas de infección tan elevados. "No dudé tampoco en tomar uno que otro te, como el jengibre con limón que me ayudó bastante", agrega.
Con su consultorio médico cerrado, su economía se ha visto afectada y sobrellevada con ahorros guardados. "Ahí hemos estado sobrellevando, los medicamentos son algo caros porque se han estado elevando los precios y ni se encuentran en las farmacias, toca comprar a gente que los revende carísimos", lamenta.
Pese a que no puede retroceder el tiempo, el doctor Josué Cruz Bonilla ha reflexionado sobre cuál pudo ser la causa de su contagio y que su experiencia se pueda retomar con fines de prevención.
El médico sospecha que pudo haber adquirido el virus después de haber atendido a una paciente contagiada que él diagnosticó, aunque también admite que una de las cosas que hubiera preferido no hacer fue haber ido al supermercado y a lugares concurridos en horas picos, pues no todas las personas usaban mascarillas. "También creo que no fue suficiente tiempo el que le dediqué al lavado de manos, hay que procurar hacer demasiada espuma con el jabón y frotar, frotar", asegura.
Por ahora él debe cumplir con los 21 días de encierro en casa para evitar la infección de otras personas. "Lo ideal es que aunque hayamos pasado este cuadro, siempre guardemos la distancia y cumplamos con las recomendaciones para evitar la reinfección", aconseja el doctor, quien agrega que lo más valioso es "detectar a tiempo la enfermedad, desde el primer síntoma: fatiga, fiebre, dolor de cabeza, pérdida del olfato y tos".
El doctor Cruz Bonilla está consciente que la prevención es clave: use mascarillas en lugares públicos, lávese las manos correctamente con agua y jabón, evite las aglomeraciones y procure mantener una mentalidad positiva. "No se sientan solas, si se logran contagiar, tengan fe, tener paciencia, tener positivismo y buscar la ayuda correspondiente", aconseja.