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Enfermos mentales se exponen a la violencia e irrespeto a sus derechos

Varios enfermos mentales deambulan en la ciudad de Estelí, duermen en las calles y suelen ser rechazados por la población. Algunos se comportan violentos pero también se exponen a ser víctimas de abuso.


Periodista Famnuel Úbeda
04-Marzo-2020
Estelí-Nicaragua
Desequilibrado, loco e inestable son algunos adjetivos que se atribuyen a una cantidad de hombres y mujeres que deambulan por las calles de la ciudad, muchos de ellos, no son de Estelí pues provienen de otros departamentos de Nicaragua.

La mayoría tienen algo en común, desde alucinaciones a conversaciones incoherentes, también duermen en la calle y otros suelen reaccionan violentamente ante el contacto con las personas que transitan a su alrededor.

Las razones por las que llegaron a convertirse en enfermos mentales y tomar la calle son diversas, lo cierto es que una mayoría de ellos se expone de manera constante a sufrir violencia e irrespeto a sus derechos, lo que empeora su condición.

El psicólogo clínico Darvin Vílchez manifestó a Noticias ABC que las enfermedades mentales parecen ser motivo de broma y burla entre la gente, y que no siempre se requiere internar en un psiquiátrico o maltratar a un paciente de este tipo, sino que se necesita amor, compresión y atención médica oportuno para que ellos no se descompensen y puedan llevar una vida relativamente normal.
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Vílchez asegura que normalmente se señala a la familia de las personas con discapacidad mental cuando éstas deambulan por las calles y se cree que ocurre por irresponsabilidad y descuido, sin embargo, la realidad podría ser muy distinta.

"Es importante darle un seguimiento a estos pacientes que deambulan en las calles, crear programas que permitan una atención debida", sugiere el especialista.

"Muchas veces las familias por falta de información y de dinero no brindan la atención adecuada. Por andar en las calles, el paciente que padece de algún trastorno mental que puede ser tratado y controlado, se vuelve más crónico y un problema más para la sociedad", detalla Vílchez.

"Realmente en nuestro país tenemos que tomar conciencia y poco a poco ir buscando soluciones o una alternativa a este tipo de personas porque son seres humanos que merecen respeto y ser tratados como cualquier otro tipo de persona que llega a una unidad de salud o requiere de algún otro servicio para su recuperación", destaca el psicólogo clínico.

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