Regional / SARA RUIZ
El desorden de la estación de buses ubicada en el mercado municipal Rigoberto López Pérez de Jinotega sigue trayendo consecuencias graves para los transeúntes, pues los accidentes están a la orden del día y no se regula ni con las escuadras de policías que llegan a la zona.
Camionetas, motocicletas, bicicletas cargueras y regulares se aglutinan en la calle de entrada al mercado mientras que los buses intermunicipales salen y entran. En medio del movimiento de vehículos los peatones circulan bajo el riego de ser atropellados.
“Hace poco, se me enredó la correa del colchón en el guarda fangos de un bus y me arrastró como media cuadra hasta que le hicieron parada” Comentó uno de los vendedores de colchones que se coloca a los lados de los buses que salen para los municipios jinoteganos.
“Ir a comprar al mercado, trabajar como vendedor ambulante o movilizarse para viajar se ha vuelto peligroso desde que se ingresa por la rotonda Pedro Estrada hasta llegar a la calle de los comercios, pues los tramos acaparan las aceras” comentó el vendedor oriundo de León.
El último accidente que se reportó fue el fin de semana cuando un niño se bajaba de vender en uno de los buses y le destrozaron varios dedos porque el ayudante no se fijó que el chavalo tenia la mano en la puerta al momento de cerrarla.
El desorden no solo es en la carretera, sino también dentro del lugar donde se detienen los buses, pues alcohólicos, comerciantes y bicicletas de carga se colocan en medio del tráfico.
