El béisbol nicaragüense despide hoy a una de sus figuras más emblemáticas: Julio Moya, destacado lanzador del equipo de León y de la selección nacional, falleció este viernes a los 69 años, por complicaciones de salud relacionadas con diabetes y afecciones renales.
Moya, nació el 12 de agosto en la Comarca La Fuente, en La Paz Centro, departamento de León, se convirtió en una leyenda del montículo durante las décadas de los 70 y 80, dejando una huella imborrable en el deporte nacional.
Uno de sus mayores logros llegó en 1984, cuando conquistó la prestigiosa Triple Corona del pitcheo del béisbol nacional, registrando 12 victorias, solo 2 derrotas, 95 ponches y una asombrosa efectividad de 0.14, permitiendo únicamente dos carreras limpias en toda la temporada.
Ese mismo año, Julio Moya protagonizó una hazaña histórica en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, al liderar a Nicaragua hacia su única victoria en ese certamen, imponiéndose 4-3 ante Canadá tras lanzar 12 entradas de forma magistral y ceder apenas una carrera limpia.
Pero para el propio Moya, su año dorado fue 1983. Aquella temporada firmó una marca sobresaliente de 21 triunfos y 3 derrotas, con una efectividad de 1.85, igualando el récord nacional de nueve blanqueadas. Además, lanzó 20 juegos completos en 24 aperturas, acumulando 199 entradas lanzadas, una cifra que habla de su resistencia y entrega.
A nivel internacional, Julio Moya también brilló intensamente. Es el único lanzador nicaragüense que ha conseguido cuatro victorias en una sola Copa Mundial de Béisbol y fue el primero en derrotar a Japón en un torneo internacional, logro que lo consagró como un verdadero referente del deporte pinolero.
La vela de Julio Moya se realiza en su casa de habitación, ubicada en la Comunidad Fran Meyer, del municipio de Posoltega, Chinandega.