Ariel José López Pérez, de 18 años, fue condenado a prisión perpetua tras haber sido declarado culpable del asesinato de su hijastra, que apenas tenía 18 meses de edad.
El crimen fue cometido el pasado 5 de diciembre de 2024, dentro de una champa plástica, en el sector conocido como Managüita, en la reserva Indio Maíz, Río San Juan.
El juez Edmundo Leiva, del juzgado de Río San Juan, dictó la condena y también dictó 20 años de cárcel para Petrona Emperatriz López Lanzas, de 25 años, madre de la niña.
El juez consideró que Petrona fue cómplice del crimen, pues ayudó a ocultar su muerte. Leiva confirmó que la pareja actuó con plena conciencia.
Según la acusación fiscal, el día de los hechos, Ariel discutía con Petrona, algo recurrente entre ellos. Sin embargo, en medio del altercado se dirigió hacia la pequeña, la tomó con sus manos y le apretó el cuello hasta matarla. Luego, lanzó el cuerpo de la pequeña contra un camarote para garantizar que estuviera muerta.
Tras esto, Petrona no pidió ayuda o acudió a las autoridades, sino que intentó reanimar a la niña y al ver que ya no respiraba la envolvió junto a Ariel en bolsas plásticas para luego meter su cuerpo dentro de un saco.
Luego caminaron por la montaña hasta llegar a un hoyo que ellos habían cavado en busca de oro y allí metieron los restos de la pequeña.
Durante 19 días, Petrona mintió diciendo que una hermana se había llevado a su hija y que había muerto por una enfermedad. Fue hasta que los vecinos descubrieron el cuerpo por la fetidez y la policía destapó el infanticidio.
