En el año 2023, Rosa María Moreno, una mujer de 69 años de edad, decidió transformar una situación adversa en una oportunidad de emprendimiento, dando vida a "Dulce Rosa", un pequeño negocio dedicado a la elaboración de tortas de banano, bocadillos y pasteles.
"Comencé con torta de banano, hice solo una cazuela. Después comencé vendiendo café, puse una mesita allí en el garaje", relató Moreno.
Rosa María comenzó su vida laboral a temprana edad, trabajando como asistente del hogar. Durante muchos años, luchó incansablemente para proveer a sus hijos y, en el proceso, descubrió una pasión por la repostería.
A lo largo de 20 años, aprendió y perfeccionó sus habilidades en la elaboración de dulces y pasteles con la ayuda de su empleadora, quien se convirtió en su mentora.
"Recuerdo que me ponían a servir harina, a engrasar moldes, después fui aprendiendo a hacer bocadillos hasta hoy que ya puedo hacer muchas cosas más”, cuenta orgullosa.
Fácil no ha sido el camino. Rosa María enfrentó un desafío personal significativo cuando sobrevivió a una enfermedad que amenazaba su vida. Durante la pandemia de COVID-19, los médicos le recomendaron reposo absoluto para evitar complicaciones mayores y Rosa María pensó que su vida laboral había llegado a su fin.
"Me mandaron de reposo pero yo quería volver a trabajar en la misma pastelería, pero dado la situación pues comencé a trabajar por sí sola, a emprender yo sola", comentó Rosa María.
Después de dos años en recuperación, uno de sus hijos la motivó a enfrentar sus miedos y a emprender un nuevo camino. La idea de generar ingresos a través de algo que le apasionaba, como la repostería, comenzó a tomar forma en su mente.
Uno de los mayores obstáculos que enfrentó fue la falta de recursos necesarios para establecer su taller de repostería. Sin embargo, un "ángel" apareció en su vida y le facilitó una cocina con horno, mientras su hijo la animó a crear un espacio en el garaje de su casa, ubicada en el barrio Dios Proveerá de la ciudad de Estelí.
"Mi hijo me dijo que hiciera que comenzara hacer tortas que era lo que sabía y después comencé a hacer bocadillos. Él me puso en las redes sociales para promocionar bocadillos, pastelitos, bizcochos, y otras cosas más. Además un primo que está lejos me regaló una cocina, me la mandó como una sorpresa y me ayudó mucho eso", cuenta agradecida.
Rosa María no solo ha encontrado una fuente de ingresos, sino también una manera de dedicar tiempo a algo que la apasiona, que la mantiene activa y llena de ilusión.