A sus 27 años de edad, Otoniel de Jesús Rugama tomó la decisión audaz de dejar su hogar en Estelí, Nicaragua, y emprender un nuevo rumbo en Estados Unidos. Su motivación era clara: buscar mejores oportunidades económicas y mejorar en su calidad de vida.
Lo que comenzó como un viaje en busca de estabilidad financiera pronto se transformó en travesía de autodescubrimiento. Dejar atrás su trabajo en una fábrica de puros en Estelí, fue solo el primer paso hacia un destino inesperado: el mundo de la música.
Otoniel nunca imaginó que su camino lo llevaría a explorar su pasión por la música en tierras extranjeras. Encontrándose en un país nuevo y desconocido, Otoniel de Jesús Rugama se vio inmerso en el mundo musical de Estados Unidos.
Tuvo la oportunidad de entrar a un estudio profesional y grabar sus primeras producciones musicales, marcando así el comienzo de su carrera. Para Otoniel, este cambio significó mucho más que una simple transición de empleo.
Él ve esta oportunidad como una verdadera transformación en su vida, ya que dejó atrás los hábitos destructivos de la vagancia y la drogadicción, encontrando en la música una vía de escape y una nueva forma de expresión.
Sus influencias musicales son diversas, pero destacan los covers de artistas cristianos evangélicos como Estanislao Marino, temas que le han permitido mostrar su talento al mundo y conocer a otros artistas como Héctor "The Father", un ex cantante de reguetón convertido en pastor evangélico y productor musical.
Para Otoniel de Jesús Rugama, el viaje desde la fábrica de puros hasta el estudio de grabación ha sido un mundo de autodescubrimiento y crecimiento personal. Su historia nos recuerda que los mayores cambios en nuestras vidas provienen de las decisiones más inesperadas. Y en su caso, la música se ha convertido en el camino hacia un futuro prometedor y lleno de posibilidades.
