El reloj marca las cuatro de la mañana, los gallos cantan y es la hora a la que debe despertarse don José Ramón Reyes a preparar la comida y el café, mientras sus hijos Anthony de 10 años y Francela de 11, duermen un rato más mientras aclara el día.
A las 4 de la mañana inicia la jornada de este padre trabajador. Es empacador de verduras en el mercado Alfredo Lazo de Estelí. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo
Con un beso en la frente y otro en la mejía, don José Ramón despierta a sus niños, en señal que deben levantarse para alistarse e ir a la escuela, donde tiene la esperanza aprendan, no solo a leer y a escribir, sino a desarrollarse como seres humanos y convertirse un día en grandes profesionales. "Tengo la fe en Dios de apoyar a mis hijos porque a ellos hay que sacarlos adelante como pobre que soy, están cuarto grado los dos", confiesa don José Ramón.
Para ser papá no se estudia, tampoco existen manuales o libros que indiquen como hacerlo, sin embargo, hay quienes asumen su responsabilidad a pesar de que la vida les ha pagado con una mala moneda, tal es el caso de don José Ramón, quien siempre soñó con una familia unida, pero al cumplir los cinco y seis años Anthony y Francela, él asumió la tutela, ya que la mujer de su vida había tomado la decisión de marcharse de la casa sin sus hijos.
"Me quedaron de cinco y seis años, cuando ya no se pudo estar bien como pareja, ella me llevó todo lo de la casa y abandonó su hogar, tengo cuatro años de tener a los niños", relata este padre soltero.
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Una jornada de tiempo completo
Desde hace 20 años, don José Ramón Reyes trabaja como empacador y cargador de verduras en el mercado Alfredo Lazo de Estelí, pero a inicios de este año, producto del cansancio, estrés y preocupación, sufrió un derrame cerebral que lo dejó imposibilitado por más de cuatro meses, y aún así nunca se ha desobligado de sus dos hijos.
José Ramón sufrió un derrame que no lo privó de seguir luchando por sus hijos. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo
Este papá no solo cocina, lava, plancha y trabaja en el mercado para llevar comida a sus hijos, también ha sabido combinar entre su trabajo y familia, para garantizar tiempo de calidad que le permitan formación y educación, pero también ser amigo de sus dos pequeños.
Este ejemplar padre, prepara la comida de sus hijos en su humilde vivienda. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo
"Él ha asumido todas las responsabilidades, él juega con nosotros, nos ayuda con las tareas, con nuestros estudios. Cuando viene de trabajar nos pregunta cómo nos portamos", cuenta Francela sobre su papá.
Sus hijos ingresan a la escuela a las 6 y 30 de la mañana, tiempo que aprovecha para pasarlos dejando y luego se integra a su jornada laboral, pero cuando el reloj marca las 12, don José Ramón debe irse, ya que sus hijos esperan a la puerta del colegio para ir a casa, donde deben esperar por un suculento almuerzo que él mismo ha preparado, espacio que aprovechan para platicar y luego hacer tareas.
Ayudar en las tareas de la escuela a sus hijos también forma parte de las actividades diarias de este responsable papá. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo
Rompe estereotipos
José Ramón Reyes es un padre a todo dar, como una parte de los hombres nicaragüenses que aún quedan, pioneros y valientes que reclaman el valor y la importancia de su papel, no solo como padres en la familia sino también como modelos y cuidadores de niños en la sociedad, una sociedad que tradicionalmente ha vetado el papel de los varones en el cuidado de niños.
Sin duda alguna, este hombre desmonta el machismo que se ha extendido como argumento de que los cuidados de la primera infancia y desarrollo de los hijos corresponden única y exclusivamente a las mujeres. José Ramón Reyes no solo rompe moldes por su género, sino también por cuidar a los niños con nuevas formas de crianza y no sigue la educación tradicional.
Colaboración de Famnuel Úbeda
