Por: Kathia Reyes
Un drama con final feliz ha vivido la comunidad pesquera de
Mechapa, municipio El Viejo, donde cinco hombres se reencontraron con sus familiares tras naufragar durante cinco dias en aguas del pacífico.
La historia inició el pasado fin de semana cuando Carlos Colíndres, su cuñado José Ángel Velázquez, los hijos de este Maynor Velázquez y Ángelo Velázquez, además del joven Erick López, salieron en busca de peces dorados, confiando en el pronto regreso.
Pero el destino los emboscó en mar abierto al terminarse el combustible: "decidimos tirar las arañas, vararnos allí y confiamos en que la ayuda llegaría, pasaron embarcaciones pequeñas que no nos vieron y también un barco mercante que aunque le hicimos señas tampoco nos vio" relató, José Angel Velázquez.
Según Maynor Velázquez, la comida y el agua escasearon al segundo día, recurrieron al agua salada y al mejor estilo de los naufragios de la televisión, algunos bebieron su propia orina para no deshidratarse.
También entraban al agua durante el día y se juntaban para repeler el frío durante las noches, pero sobre todo, se animaban los unos a los otros, pues sabían que no desmoralizarse era vital para pensar claro y rápido.
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Para alivianar la carga, los pescadores lanzaron por la borda la mayor parte de las mil 500 libras de pez dorado y una batería que les abastecía de energía.
También crearon remos con pichingas plásticas y con estos avanzaron hasta Punta El Toro, diez millas al norte de Honduras: "Siento un nudo en la gargarta, vigilaba mucho y dormía poco, aveces sentí que me ahogaba, soñé con un traguito de agua, ya estaba sin fuerza y los otros igual" comentó Maynor Velázquez, el más joven de la tripulación.
Se cumplirían seis días de naufragio cuando otra lancha pesquera los divisó. Era la luz al final del tunel y el fin de una dieta a base de pescado seco. Les abastecieron de combustible y acompañaron a la playa de Mechapa.
Familiares dieron gracias por lo que consideran un milagro de Dios. los abrazos erizaron la piel de quienes presenciaron la madrugada de este viernes el reencuentro de los sobrevivientes con sus madres, hijos, hijas y esposas.
A pesar del júbilo, los rostros demacrados, los labios resecos y los calambres de pies y manos, delataron el grado de insolación y deshidratación de los cinco naúfragos, quienes fueron trasladados al hospital España, municipio de Chinandega, donde permanecerán en observación las siguientes 24 horas.
