Periodista
Redacción Digital ABC
FUENTE | END.COM.NI | El Nuevo Diario
El gobierno de Nicaragua lamentó hoy la muerte de dos agentes de la Policía Nacional durante un tiroteo en el barrio San Luis Sur, de esta capital, cuando cumplían su deber de resguardar la seguridad ciudadana.
En su habitual alocución televisiva de los mediodías la vicepresidenta del país Rosario Murillo trasmitió, a nombre del presidente Daniel Ortega, las condolencias y la solidaridad de las autoridades a los familiares de los oficiales caídos: Julio Narváez y Howard Urbina.
De acuerdo con la también coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, ambos agentes recibirán este jueves un homenaje organizado por la institución policial y el Gobierno Sandinista.
"Los compañeros fallecidos en cumplimiento de su deber serán honrados hoy, ascendidos póstumamente en grado policial y condecorados con medalla al valor Pedro Arauz Palacios. Habrá un acto solemne en el Complejo Faustino Ruiz esta tarde", precisó.
Murillo señaló que el oficial Oliver Chow, herido de bala en el incidente en el que también murió uno de los asaltantes y otros dos fueron capturados, permanece hospitalizado en "condición muy delicada".
Asimismo reiteró el compromiso del gobierno de seguir luchando para fortalecer la seguridad y la paz en el país, gracias al heroísmo cotidiano de la Policía Nacional en el enfrentamiento a la delincuencia.
El enfrentamiento entre la policía y los asaltantes ocurrió esta mañana, luego de que una patrulla que hacía labores de vigilancia requirió a tres individuos que merodeaban un comercio del Mercado Oriental en actitud sospechosa, a bordo de un vehículo sin matrícula.
Según el comunicado emitido por la policía, los delincuentes agredieron a los agentes con disparos en ese momento y dos de ellos lograron darse a la fuga, por lo que se mantienen activados varios operativos en distintos puntos de Managua para llevarlos ante la justicia.
Oficial muerto en tiroteo deja a un bebé de 21 días de nacido
Julio César Narváez Valle, uno de los dos oficiales que fallecieron hoy al ser abatidos por unos asaltantes en el barrio San Luis, de Managua, deja huérfanos a un bebé de 21 días de nacido y a otro de cuatro años.
Eran las seis de la mañana cuando Narváez Valle salió de su casa con su uniforme de policía, el saludo que dio a su esposa fue el mismo que daba siempre: Un abrazo y un beso en la frente. Parecía que sería un día normal.
"Este niño chiquito es un milagro de Dios, porque a su mamá le dio preclancia durante el embarazo y se estaba muriendo. Pero logró sobrevivir", dice la suegra del fallecido Carolina Toruño.
Toruño tiene en sus brazos al bebé de 21 días, a quien decidieron llamar Samuel de Jesús, de un momento a otro toma con su otro brazo el nebulizador y se lo pone en la nariz al bebé. Dice que nació con problemas en las vías respiratorias.
"Yo quiero ver a mi hijo vivo", gritaba entre lágrimas su mamá, Sara Anselma Valle, de 65 años.
"Él era un hombre bastante cariñoso, buen padre, buen hermano se llevaba bien con todos los vecinos. Ni siquiera tomaba y era comprometido con su trabajo", comenta Verónica Bojorge Valle, hermana del fallecido.
Aleida Ramírez, una de las vecinas del oficial Julio César Narváez, asegura que "esto es una cosa dolorosa. Cuando doña Sara vio en la tele y escuchó el nombre comenzó a gritar y a decir que "no podía ser su hijo el caído". Hasta el momento es algo que no podemos creer".
