En horas de la tarde de este jueves se dio una fuerte batalla campal en la plaza Domigo Gadea de la ciudad de Estelí, hasta donde llegó una enorme cantidad de estudiantes de diferentes universidades después de burlar en diferentes trayectos los retenes de la policía.
Herald Zelaya y Uriel Mejía Zeledón, son las personas que según los estudiantes han sido detenidos en diferentes momentos por la policía que siempre buscó la forma de impedir que los estudiantes marcharan y mucho menos que llegaran a las instalaciones del INSS de Estelí que desde tempranas horas estaban rodeadas por decenas de fuerzas de choque del gobierno del presidente Daniel Ortega.
En la Plaza Domingo Gadea donde está la estatua erigida en honor al guerrillero Francisco Rivera el Zorro quien falleció combatiendo la dictadura de la familia de Somoza, los estudiantes exigieron a la policía que no les impidieran ejercer sus derechos por los que murieron tantos mártires en Nicaragua.
Sin embargo, después fueron replegados un poco para que algunos funcionarios izaran una bandera rojinegra cerca del monumento donde ya está una bandera azul y blanco.
El Himnos Nacional fue entonado en varias ocasiones a una sola voz por la gran cantidad de estudiantes que también se apostaron por al menos cinco minutos en la carretera Panamericana de Estelí.
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Ya iban de viaje los estudiantes cuando estaban llegando más trabajadores del Estado y fuerzas de choque que trabajan también en el Estado, cuando un trabajador de la alcaldía la emprendió en contra de uno de los participantes de la marcha a quien le reclamó de por qué andaba en esa marcha.
Los chavalos que quedaron, acuerparon al participante de la marcha y luego se aglomeró otro grupo de funcionarios del Estado entre ellos la diputada Martha Marina González y el delegado de gobernación Frank Boedeker.
De las palabras y los insultos pasaron a los puñetazos, luego a las pedradas y un funcionario de la alcaldía sacó su arma para hacer varios disparos.
No hubo personas lesionadas, solamente algunos a quienes les alcanzó las pedradas y el mismo delegado de gobernación que tenía sangre en su cara.
Los estudiantes de inmediato se alejaron del lugar, logrando esquivar a la policía que les dio persecución.
Horas antes los estudiantes habían sido impedidos por la policía de continuar la marcha del Instituto Guillermo Cano hacia el este.
