Este domingo 9 de enero, iniciaron en Ciudad Antigua, Nueva Segovia, las festividades en honor al Señor de los Milagros, con solemne Eucaristía y la tradicional bajada de la imagen del altar mayor.
La celebración religiosa fue presidida por los presbíteros Adalí Carrasco, rector del santuario Diocesano, y Osman Amador Guillén, vicario de la Catedral Nuestra Señora del Rosario, de Estelí.
La imagen del Cristo Crucificado descendió de su altar en medio de repique de campanas, música de banda filarmónica del coro parroquial, además, con la participación de la mayordomía y de peregrinos que llegaron de diferentes comunidades de la zona, así como de municipios de diferentes partes del país.
El padre Adalí Carrasco explicó que la fiesta central será el próximo 20 de enero, sin embargo, invitó a los fieles y devotos del señor de los Milagros a asistir al rezó de la novena a partir del martes 11 de enero, así mismo a cada una de las misas que serán oficiadas cada día por un sacerdote distinto de la Diócesis.
El sacerdote, agregó que el cierre de las fiestas en honor al señor de los Milagros, será presidida por monseñor Rolando José Álvarez, administrador apostólico de la Diócesis en compañía de todo el clero.
"Hemos arrancado la fiesta en honor al Señor de los Milagros, con esa fe viva de un pueblo de peregrinos que vienen de diferentes partes de Nicaragua a brindarle las gracias, a pedirle al Señor de los Milagros por sus necesidades. Es una fiesta llena de mucha alegría, una tradición con más de 400 años", manifestó el padre Adalí Carrasco.
Una de las fiestas religiosas más concurridas del país. Foto: Cortesía/Radio ABC StereoPor su parte, el presbítero Osman Amador, recordó que desde niños y en familia han tenido por costumbre, tradición y fe visitar en el santuario al Señor de los Milagros.
Mientras, en vísperas de la celebración central, el administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, Monseñor Rolando Álvarez, manifestó "Un saludo a todos los fieles, principalmente a los devotos del Señor de los Milagros, que en él miremos al Dios humilde, al Dios que se ha hecho niño, al Dios que hace filas con los pecadores para ser bautizado en El Jordán, al Dios que se despoja de sus vestiduras para lavarle los pies a los discípulos, que se deja crucificar por amor a nosotros".
"Que esa sencillez, esa humildad y ese amor de Dios por nosotros esté impreso, marcado en nuestros corazones, para que lo podamos dar a los demás, y evitar toda confrontación, toda adversidad, practicar la fraternidad y la unidad como hermanos", expresó el lider católico.
