Una excursión cristiana terminó en tragedia. Regresaron a Estelí dentro de un ataúd René de Jesús Castillo Salgado, de 54 años; su esposa Juana Armas Hernández, de 46 años; y su hijo René Antonio Castillo Hernández, de 24. Los tres murieron ahogados al mediodía de ayer domingo en el balneario de Poneloya, del departamento de León.
La tragedia ocurrió en un sitio considerado peligroso llamado Los Pinos. En un intento de rescate de la nuera del matrimonio, se lanzó al agua su esposo y luego sus suegros al ver que su hijo se estaba ahogando, sin embargo, solamente logró salir con vida la primera persona que estaba en peligro.
Testigos dijeron a medios locales que la tragedia ocurrió después de que la nuera de la pareja fuera arrastrada por las corrientes tras pasar una ola. El matrimonio y su hijo intentaron rescatar a la mujer, pero también fueron arrastrados por las corrientes.
Al final la única sobreviviente fue la esposa de Castillo Hernández, quien inicialmente era la que se estaba ahogando, pero salió a la superficie empujada por una ola, de acuerdo con la versión de los testigos.
Las víctimas formaban parte de la Iglesia de Dios Pentecostal M.I. y habitaban en el barrio Los Ángeles de la ciudad de Estelí, donde anoche estaban siendo velados. La tragedia ha causado un enorme dolor y consternación entre sus conocidos y parientes.
María de la Concepción Manzanares narró sobre la tragedia e hizo el llamado sobre la presencia permanente de socorristas en esa zona, donde este año han fallecido por la misma causa 8 personas.
"Ellos se vinieron a bañar, a la muchacha la agarró la corriente y se estaba ahogando, vinieron los señores y se metieron, la muchacha salió pero los señores ya no salieron, los sacaron muertos los miembros de la Cruz Roja de Poneloya, ellos también casi se ahogaron, fueron casi dos horas de lucha", relató Manzanares, quien pidió que haya una brigada permanente para salvaguardar la zona.
El agrometeorólogo Agustín Moreira, del Observatorio de Fenómenos Naturales (Ofena), explicó que este domingo las mareas altas se registraron entre 2,26 metros y 2,38 metros en el Pacífico de Nicaragua, donde también se reportaron corrientes marinas fuertes.
