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Humilde familia deja de vivir en condiciones precarias gracias a corazones generosos

Gran cambio de vida. En una casita de plástico y palos vivía la familia Quevedo en una comunidad de Miraflor, corazones generosos se unieron para construirles una vivienda digna en la que habitan hoy.

Miembros del Club de Leones junto a la familia beneficiada. Foto: Cortesía
Miembros del Club de Leones junto a la familia beneficiada. Foto: Cortesía

Periodista Alba Nubia Lira
19-Marzo-2021
Estelí-Nicaragua

Con palos y plásticos estaba construido el espacio que tenía como vivienda la familia Quevedo, habitante de la comunidad La Fortuna de la Subzona Miraflor, del municipio de Estelí. Sus condiciones de vida les exponían a diferentes peligros y les dejaban a merced de las lluvias.

La familia Quevedo está conformada por cuatro miembros: don Domingo Quevedo, su nieta, un bisnieto y su hija doña Albertina Quevedo. La situación en que vivían conmovió al señor Alexander Hernández y a una profesora de nombre Fátima, quienes solicitaron apoyo al Club de Leones Estelí Decano.

La construcción de esta vivienda fue un gran reto para el Club de Leones y sus colaboradores, ya que no contaban con fondos suficientes para ello, pero solicitando apoyo a personas generosas se logró ver realizado este cambio de vida para la humilde familia, según lo relató Delfa López, presidenta de dicha entidad.

"Aquí todo se nos mojaba, pero ahora ya dormimos bien, antes nos enfermábamos, le agradecemos a la gente que nos ha ayudado y que no conocemos, también a los que han venido aquí a la casa", manifestó visiblemente emocionada doña Albertina, una humilde mujer.


Miembros del Club de Leones junto a la familia beneficiada. Foto: Cortesía 


Ahora don Domingo Quevedo y su familia viven en una casa construida con piedra cantera, la cual consta de un dormitorio, cocina y una sala. La emoción fue evidente en el rostro de estas personas, quienes ya no tendrán la incertidumbre de que su vivienda se puede caer con una ráfaga de viento o inundarse, tampoco dormirán mojándose bajo la lluvia y tendrán menos peligro de que malhechores ingresen a su inmueble.

Este proyecto tardó un poco más de tres meses en llevarse a cabo y la familia al igual que los organizadores de la iniciativa se encuentran muy agradecidos con quienes aportaron para la ejecución de la obra social. 

"No tenían un techo donde protegerse, su casa estaba armada de plásticos y ramas atados con cuerda, en un espacio menor a dos metros cuadrados, los visitamos varias veces y les llevamos paquetes de alimentos", comentó Delfa.


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