De acuerdo al calendario del Ministerio de Educación, el próximo primero de febrero inicia el año escolar y en el retorno de los estudiantes a las aulas de clases está la esperanza de quienes se dedican al servicio de transporte escolar para recuperarse económicamente.
El año pasado este servicio se vio interrumpido por la pandemia de Covid-19, pues muchos padres de familia dejaron de enviar a sus hijos a clases por temor, mientras que los colegios privados y subvencionados optaron por las clases virtuales.
Don José Lenin López, mejor conocido como don Chema y quien lleva más de 10 años brindando el servicio de transporte escolar en el Colegio Nuestra Señora del Rosario y la Escuela Belén Fe y Alegría, dijo que la suspensión de clases provocó la falta de ingresos entre los dueños de las unidades, así mismo pérdida de empleo para los conductores y las muchachas que se dedican al cuido de los estudiantes durante el recorrido.
Don José Lenin tiene la esperanza que este 2021 las clases se desarrollen con toda la normalidad para poder seguir realizando su trabajo, ya que han sido 10 meses críticos para el sector, les ha tocado sobrevivir por la ayuda de algunos familiares o viajes eventuales a algunos sitios turísticos.
Lea también: Medidas contra el coronavirus serán más rigurosas en la terminal norte de Estelí
El reconocido transportista aseguró que con lo que ha percibido únicamente logran cubrir los costos de combustible y mantenimiento de las unidades. "Confiando en Dios que este año asistan los niños y niñas a la escuela, porque el 2020 fue terrible para mí y el gremio del transporte escolar", expresó don José Lenin.
"El 17 de marzo de 2020 fue mi último día del recorrido, sólo trabajé 5 semanas, ahora estamos buscando cómo asistir y hacer presencia el primero de febrero a la escuela y ver que dicen los padres, que dice la misma escuela", añadió el transportista.
Por su parte, María del Pilar González lleva un poco más de dos años prestando el servicio de transporte escolar y según ella en todo este tiempo, el peor momento fue el 2020, ya que el año escolar fue irregular, no por parte de los centros educativos, sino por los padres de familia que se negaron a mandar a sus hijos a clases por la pandemia, representando para ella una disminución en sus ingresos económicos.
González dijo que para subsistir no tuvo otra alternativa de trabajo como la venta de rosquillas, pero para este año su fe está en que se reactiven las clases de manera normal y que los padres de familia contraten el servicio.
En tanto, Melvin Larios señaló que el año pasado fue bien difícil, espera que se mejore todo, pues si no hay estudiantes ni clases tampoco se podrían generar ingresos económicos.
