Una ciudadana de apellidos Casco Arias denunció de manera pública que mientras salía de la Clínica Médica Previsional del control médico de su bebé de un mes de nacido, decidió abordar una unidad de taxi con destino a la fábrica procesadora de tabaco Valle de Jalapa, ubicada en el barrio Oscar Arnulfo Romero de la ciudad de Estelí. Pero nunca se imaginó que correría mala suerte.
Casco Arias narró a Noticias ABC que decidió abordar el taxi con la intención de llegar rápido y segura, sin embargo, a medio camino el cadete cerró los vidrios del vehículo, puso música alta, llevándola a recorrer contra su voluntad diferente barrios ubicados al oeste de la ciudad, momento que aprovechó para acosarla verbalmente y robarle un celular.
Cuando iba en el vehículo, la denunciante relató que "recibí una llamada, la contesté, no duró mucho y colgué, metí el teléfono en mi bolso y entonces él comenzó a subir la música, primero me preguntó por el niño, le hicieron parada y no subió gente, me preguntó mi nombre, que donde vivía, por mi marido y '¿así son de enojadas las mujeres recién paridas?' me dijo".
La joven de 22 años describe al conductor como un hombre de estatura media, delgado, moreno, pelo crespo voluminoso, con barba y usa lentes. Además vestía una camisa color rojo de cuadros fondo gris y pantalón crema. El hombre señalado maneja un vehículo Yaris de color gris, del cual no logró identificar el número de placa.
"Me sentía como nerviosa porque en lugar de agarrar para la calle del barrio El Rosario, comenzó a agarrar para la calle de la Drew Estate. '¿Pero usted no está montando a nadie?', le preguntó y me dijo 'no, espérate, te voy a llevar a dar un paseo', a lo que yo le respondí que no, que estaba loco y en lo que estábamos por la PENSA le dije que me bajara sino iba a pegar gritos", describió la pobladora.
La víctima decidió denunciar públicamente para alertar a los usuarios y exigir de las autoridades de la secretaría de transporte municipal de la alcaldía, cooperativas de taxi, así como a los que no están asociados, tener control sobre el tipo de personal que contratan como cadete para evitar exponer a los pasajeros a este tipo de situaciones.
"Yo lo sentí raro o estaba drogado o a saber que porque comenzó a decir cosas obscenas, le insistí y le insistí hasta que me bajó por la PENSA, en lo que me iba a bajar, me haló el bolso, echó de ver donde andaba mi teléfono y me lo sacó", aseguró la afectada.
