La enorme cruz blanquecina situada en una peña se observa desde lejos al oeste de la ciudad de Jinotega, en el departamento del mismo nombre, donde ayer tres de mayo se cumplieron 315 años que el símbolo representativo del catolicismo fue instalado.
El lugar que se le conoce como La Peña o el cerro de La Cruz, tiene aproximadamente mil 300 metros sobre el nivel del mar y además de ser un sitio histórico religioso, también suele ser visitado por muchos turistas en diferentes fechas.
Según la historia, la primera cruz era de madera y fue puesta por el obispo Agustín Morel de Santa Cruz, por el año mil 705, con el fin de ahuyentar a quienes hacían ritos ancestrales con falsos dioses.
Otra versión que existe y que también no es descartada, es que el obispo colocó la cruz en la cima del cerro para evitar que las lluvias torrenciales e inundaciones, así como deslizamiento de las colinas cercanas, afectaran a los habitantes de la ciudad de Las Brumas.
Para poder llegar hasta donde se encuentra la histórica cruz, se tiene que subir una gran cantidad de gradas que tienen unos 800 metros de altura desde la ciudad. El nombre original del cerro era Chirinagua.
Desde su cumbre se observa el lago artificial de Apanás, la Reserva Natural y protegida de Dantalí – El Diablo, la ciudad de Jinotega en toda su extensión y parte de las montañas verdosas que existe en el norte de Nicaragua.
El Cerro de la Cruz es visitado cada 3 de mayo por centenares feligreses católicos, sin embargo, esta vez por la situación que se enfrenta a nivel mundial con la pandemia del coronavirus, no se pudo llevar a cabo el evento a como se esperaba.
