Pareciera que fuera un trabajo fácil, sin esfuerzo, bien remunerado y que te da fama, pero la verdad es que el periodismo es una ocupación agotadora, que genera estrés y dolencias físicas.
El periodista esteliano Harold Olivas lleva 20 años trabajando en medios de comunicación, de los cuales 14 fueron como camarógrafo. "Vos te das cuenta de las secuelas que te deja y una de las principales es dolores musculares, por ejemplo, en el hombro yo sufrí una lesión que requiere una operación porque uno de los tendones quedó rígido de tanto andar cargando las cámaras", cuenta Olivas a Noticias ABC.
Harold Olivas. Foto: Cortesía.
Harold Olivas comenta que con los adelantos tecnológicos hoy en día se hace un poco más fácil y ágil la comunicación. "Ahora las cámaras son más pequeñas, tienen trípode", indica Harold, quien dice que en años anteriores las cámaras llegaban a pesar entre 20 y 25 libras.
Para el comunicador Julio César Rivera, del municipio de Condega, el hecho de cubrir enfermedades pone en riesgo la salud de los periodistas, pero además hasta se puede carecer de una buena atención porque muchos trabajadores de medios de comunicación no son bien recibidos en las instituciones.
"Es un poco difícil pero siempre tenemos que seguir adelante, preparándose para cualquier situación que se pueda presentar. A mí ya me ha pasado cuando he ido a los centros de salud u hospitales a pasar consulta, entonces creen que voy a trabajar y me tiran las puertas, eso le afecta a uno", expresa Julio César Rivera.
Por su parte, la periodista Alina Lorío, de Nueva Segovia, lamenta cómo llegan a la vejez la mayoría de periodistas, pues pese a que hacen un trabajo como defensores de derechos humanos, los suyos no suelen reclamarlos y salen del oficio sin la cobertura de un seguro social.
"Terminamos mal la mayoría porque no hay condiciones ni de trabajo, ni de salud, si no es por la salud pública aquí uno se muere, la mayoría de periodistas no tenemos seguro social, eso significa que tenés que pagar por servicios médicos o recurrir al servicio público", manifestó Alina Lorío, quien ha laborado en medios locales y nacionales.
"Es lamentable ver las condiciones en las que la mayoría de periodistas terminan su vida profesional, nadie termina con dinero para vivir una vejez saludable y descansada. En el Colegio de Periodistas he visto a un montón de ancianos esperando una pensión ridícula, de dos mil o tres mil pesos, que en un medicamento se te van", lamenta Lorío.
Martha Cecilia Camas, una joven periodista de Estelí, opina que el quehacer de los comunicadores hace que éstos vivan en constante riesgo por diversos factores. "Es un riesgo que hay que correr porque caminamos en las calles todos los días, a veces por buscar la primicia nosotros resultamos siendo noticia en los accidentes", expresa Martha Cecilia.
"Igual hay informaciones, denuncias, que muchas veces cuando nosotros las cubrimos tenemos repercusiones por parte de las personas, como amenazas, eso nos afecta. La situación del país ha sido una problemática para los periodistas porque muchas veces no podemos ni salir de nuestras casas, tenemos miedo por nuestra vida y nuestra familia, y es un riesgo que nosotros aceptamos al ejercer esta profesión", sostiene Martha.
Martha Cecilia Camas. Foto: Cortesía.
Algunos estudios de salud afirman que las personas dedicadas al periodismo sufren de enfermedades vinculadas al sobrepeso, dolores musculares, gastritis, padecen de la vista y gran parte de su vida es estresante.
Pese a los riesgos y enfermedades habrá periodismo para rato, porque hay quienes aman esta bonita profesión.
