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El valor de la chatarra: fuerza, sudor y empeño

Fuerza, sudor y empeño. Para muchos es basura, para otros una bendición. Decenas de personas se dedican a recolectar chatarra en Estelí, convirtiéndose en su principal fuente de empleo. Unos recogen, otros acopian y otros exportan.


Periodista Famnuel Úbeda
20-Enero-2020
Estelí-Nicaragua
Juan de Dios Briones Silva es un hombre que trabajó como obrero del tabaco, pero, el mal trato, los bajos ingresos e inestabilidad laboral lo obligaron a cambiarse a la chatarrería, donde hoy juega con las horas del día para maniobrar su carretón y sacar toda su fuerza.

"Primeramente la necesidad que uno tiene, es una forma de trabajar. A veces ganamos, a veces no, hago unos 150 o 200 córdobas al día, todo depende", comenta Juan de Dios.

Su día inicia a las 7 de la mañana y concluye muchas veces a las 4 de la tarde, no importa que el sol esté caliente, ni que las gotas de sudor caigan sobre su frente y mojen su camiseta, sino el poder llegar con una buena carga de latas o hierro al centro de acopio para poder recibir una buena remuneración económica.

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En Estelí es común ver a hombres con sus carretones buscando chatarra. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo

Mientras Juan de Dios ha iniciado su recorrido diario, Gerald Ramos, otro joven chatarrero, chequea el aire de las llantas de su carretón, ya que enseguida no habrá tiempo. Él ingresó a este oficio después de estar varios meses sin empleo.

"Estaba sin chamba, así que pensé que aquí se gana bien y se trabaja dos o tres horas al día. Simplemente tenés que ir, ponerte vivo y recoger aluminio, cobre, bronce y batería", explica Gerald, quien como mínimo dice ganar 200 córdobas diarios.

Gerald tiene ingresos variados y para él la chatarrería es el mejor trabajo y negocio, donde solo se requiere de fuerza y astucia para saber ganar. "Hay días buenos que te podés ganar hasta 1,500 córdobas", indica.

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John Baruc Hernández asegura trabajar por el futuro de su hijo. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo

El triciclo es la principal herramienta para ejercer este trabajo. En ocasiones Gerald ha logrado cargar hasta 3 quintales, entre hierro, aluminio y bronce, donde los deseos de llevar el sustento a su hijo lo hacen salir adelante.

El Mercedes de la chatarra

"El Mercedes de la chatarra" es el carretón que conduce John Baruc Hernández, un hombre que recolecta chatarra desde los 14 años. Ahora lleva 10 en las calles y con sus ingresos ayuda a su madre e hijo de cinco años. "Recojo algo ahí para el sustento, para el pan de cada día, darle a mi esposa, a mi hijo, para mi mama cuando puedo", manifiesta este joven.

John solo aprobó quinto grado de primaria, pero ahora él lucha como muchos desde las calles con su carretón, con la esperanza de ver crecer a su hijo y que éste un día se convierta en un gran profesional, pero sobre todo en un gran ser humano. "Espero que él (mi hijo) sea mejor en el futuro, que estudie, que no perezca como nosotros" , señala John.

Centros de acopio

Mientras Juan de Dios, Gerald y John recorren las calles en carretones, don José Armando Romero visita algunos centros escolares de la ciudad para recolectar los envases plásticos y junto a su esposa se han convertido en pequeños acopiadores, no solo de plástico, sino también de metales.

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José Armando Romero tiene un centro de acopio y también recolecta plásticos. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo

"Miré yo que existía este trabajo de la chatarra, entonces se me ocurrió tirarme y ver si funcionaba, así me hice chatarrero", recuerda don José Armando, quien considera que el negocio ha crecido, ya que los ingresos son inmediatos y solo él y su esposa generan la oportunidad de trabajo para unas siete personas.

"Tenemos a estos chavalos que salen a la calle a trabajar, en la mañana ellos se van a buscar el producto y yo me quedo aquí hasta que alguien me llama para ir a traer el producto", explica don José Armando.

Exportador de chatarra

En la ciudad de Estelí se contabilizan aproximadamente unos 12 pequeños centros de acopio de material chatarra y entre los más grandes se encuentra el de don Erick Rizo, quien inició como todos: con un carretón.

"Para muchos esto es basura, pero para otros es bendición porque genera empleo. Un cuñado me pidió que le ayudara, al inicio no sabía nada, solo halar el carretón, después decidí trabajar solo en una bicicleta recogiendo y comprando todo lo que saliera", relata a Noticias ABC.

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Erick Rizo empezó con un carretón y ahora exporta contenedores. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo

Ahora don Erick, cada semana exporta entre uno y dos contenedores con cartón, hierro y aluminio. Con él trabajan en la selección y carga de material, Francisco Aguilus, de 38 años, y Reynerio Lagos, de 48, quienes no han necesitado ir al gimnasio para desarrollar músculos y fuerza, ya que lo que hacen es suficiente, no para presumir, sino para ganarse unos ingresos.

"Yo empecé como ayudante, así como todos cuando llegan a buscar trabajo, a medida del tiempo fui aprendiendo a aliñar contendedores y así pues gracias a Dios gano un poco más", expresa Francisco. "Comencé con 100 libras, después con 150, y ahora llego a las 200 libras, el honor que tenemos es que un trabajo honesto, de orgullo, nos llenamos de grasa, tengo cortadas", afirma don Reynerio.

La chatarrería es un trabajo de riesgos, ya que en cualquier momento se puede sufrir de golpes y heridas, pero en los últimos años se ha convertido en la manera más práctica de tener un empleo y se calcula que en esta ciudad existen aproximadamente unas 200 personas viviendo de este oficio, a pesar de no tener un seguro social, ni de riesgo, porque todos trabajan por cuenta propia.

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En la chatarra encontraron un trabajo digno. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo

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