Samuel Nehemías Mairena desde niño siempre tuvo clara sus metas: convertirse en uno de los mejores mecánicos y así fue. A los 11 años, influenciado por uno de sus compañeros de clases de primaria y respaldado por su madre, ingresó a un taller como asistente y a sus 15 años ya había conseguido su primer contrato como mecánico.

"Me gustaba toda la parte de metal mecánica, las partes internas, cómo se movía el engranaje, entonces eso me robaba la atención y a medida del tiempo que iba siendo cada vez mejor, mi jefe, en ese entonces, me pidió que me quedara una hora más y así fui trabajando", recuerda Samuel.

Samuel siempre fue apasionado por la mecánica automotriz. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo

A tan corta edad, Samuel logró especializarse en motocicletas chinas y japonesas, gracias a cursos y capacitaciones que había ganado por su dinamismo y empeño. "Una empresa se enteró de mi trabajo y me propuso trabajar con ellos, era lo que siempre había querido", comenta.

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Casi pierde la vida

La calidad de su trabajo le dieron fama y dinero, pero también libertad para volar y retar a la muerte a través del vicio del licor y cigarrillo, que lo hacían correr sin rumbo y sin dirección a través las carreras ilegales de motocicletas, pese a haber nacido en un hogar cristiano evangélico.

"Me encantaba andar en carreras ilegales, con amigos, de noche, con licor, cigarro. Ese era un problema que tenía yo, me jefe me lo advertía pero a mí no me importaba, decía que nadie me quería y me sentía menospreciado", confiesa este joven.

Una carrera ilegal casi le cuesta la vida. Foto: Cortesía

La adrenalina y exceso de velocidad casi lo llevaron a la muerte, ya que sufrió un fatal accidente de tránsito, donde quedó con múltiples hematomas en su cuerpo y su cabeza casi estaba destrozada, lo que le hizo mantenerse en estado coma por 27 días.

"En una salida de las que acostumbraba me dijeron que me presentarían a una amiga, entonces por curiosidad de conocerla y por ir a la ruta que tanto me gustaba, nos fuimos por el lado de San Pedro, ahí organizábamos las carreras ilegales, y me accidenté. Cuando llegue al hospital, empecé a delirar y me pusieron un tubo para poder respirar, sentí que ya no tenía fuerzas", relata Samuel.

Sucedió el milagro

Los médicos aseguraban que quedaría parapléjico, sin embargo, hoy ha vuelto a nacer, después de la reconstrucción de su hígado y abdomen, según él, esta recuperación es gracias a un milagro divino.

Ahora comparte su testimonio y se dedica su trabajo. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo

"Un médico, amigo muy querido, me dijo que ellos hacen un cálculo y creyeron que sólo tenía el uno por ciento de posibilidades de vivir, estaba más muerto que vivo. Un policía de tránsito me contó que ellos estaban esperando ponerme como fallecido porque eran demasiadas las lesiones que tenía", indica Samuel.

Ahora Samuel se mantiene activo desde su propio taller, pero también desde las actividades de la iglesia, donde comparte su testimonio con jóvenes y predica el Evangelio. Mientras tanto su deseo es estudiar electrónica digital y ampliar sus servicios para dar empleo a otros jóvenes.