José Dolores Flores Rodríguez es un joven de 23 años, originario de la ciudad de Estelí, quien quedó en silla de ruedas por una bala que le propinó un sujeto mientras caminaba por una de las calles del barrio José Benito Escobar.
Ese disparo que lo dejó tendido sobre el suelo, le perforó su abdomen y columna, por lo que está vivo de milagro, pero obligado a permanecer en una silla de ruedas y con una sonda por donde evacua la orina.
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Han pasado tres años del suceso, pero las lágrimas corren sobre mejilla por el dolor en la columna y el triste recuerdo al saber que su victimario quedó en libertad, ya que el juicio sobre su caso se realizó mientras su vida pendía de un hilo en un hospital capitalino y sin un abogado que lo representara. "Nadie tiene derecho de quitarle la vida a nadie y esta parte de mi cuerpo es como si estuviera muerta ya", expresó José Dolores.
El tiempo ha pasado y José Dolores confía en la justicia divina, mientras tanto ha aprendido a sobrellevar la discapacidad con la habilitación laboral. Desde su silla de ruedas repara con lezna, pega e hilo los zapatos de sus vecinos y algunas clientes que llegan de otros barrios de la ciudad a contratar sus servicios. "El sustento es mi papá y este trabajo que gracias a Dios aprendí", comentó.
Este joven aseguró a Noticias ABC que con su autoempleo de rumbero gana unos 80 córdobas diarios y eso los invierte en la compra de sondas y pañales desechables que necesita. Si usted desea contratar los servicios de José Dolores, mejor conocido como Chepito, puede ubicarlo en el barrio José Benito Escobar, de Proyecto Miriam 3 cuadras al este.