En uno de cada diez hogares nicaragüenses existe al menos una persona realizando labores domésticas, sin embargo, no todas tienen la oportunidad de ser incluidas en el seguro social y se ven limitadas a recibir únicamente su salario mensual, que muchas veces está por debajo del salario mínimo.
El licenciado Santiago Mejía, asesor laboral de la Asociación de Trabadores del Campo (ATC) en el departamento de Estelí, aseguró que esta condición deja en desprotección el futuro de quienes realizan estos servicios.
Según el licenciado Mejía, el seguro manda al empleador a aportar un monto adicional sobre el pago de la trabajadora para cubrir la vejez, invalidez y muerte y el otro porcentaje para salud.
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En tanto, la asistente de hogar a como se le llama ahora, deber aportar al INSS otro porcentaje si quiere garantizar su pensión y salud , todo de acuerdo al salario total que recibe al mes la trabajadora que debe ser de 5 mil 855 córdobas, según la tabla salarial para el sector de servicios comunales, sociales y personales.
"Con el seguro se tiene la oportunidad de tratarse 872 tipos de enfermedades, cirugías, medicamentos y exámenes de laboratorio, pero la patronal priva a sus colaboradoras de estos beneficios", manifestó el licenciado Santiago Mejía.
"El caso de las horas extras es algo complejo, porque estamos claros que las asistentes de hogar trabajan más del horario que establece el Código del Trabajo, que son ocho horas, al final no son remuneradas esas horas extras. Al querer reclamar ese derecho, se limita a tener medios de pruebas porque no tiene cómo demostrar que laboró más de esa jornada de trabajo, porque según los criterios jurisprudenciales que existen por el Tribunal de Apelaciones, indican que debe llevarse un control de horas de entradas y salidas", explicó Mejía.
