Ilustrador, tatuador, artista de muchas maneras y divertido, así es Beiker Molina, un joven esteliano de 26 años de edad, quien ha dedicado la mayor parte de su vida al dibujo y pintura, no sobre lienzos, ni paredes, sino sobre el cuerpo de quienes se someten a las agujas y tinta para tener un recuerdo eterno a través del tatuaje.
Beiker Molina tiene a su familia como inspiración. Foto: Cortesía
El también diseñador gráfico asegura que su primer encuentro con el dibujo fue cuando tenía nueve años, cuando ocupaba los ratos libres de las clases para dibujar con su lápiz de grafito en las últimas páginas de sus cuadernos.
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Algo que marcó mucho la infancia de Beiker fue tener una gran colección de muñecos, en su mayoría de Dragon Ball Z, del cual no perdió la oportunidad dibujarlo a su manera, dándole toques más artísticos con sombras y detalles oscuros, producto de su inspiración.
Beiker tiene un estudio donde elabora tatuajes. Foto: Cortesía
Este talentoso joven nunca descuidó sus estudios y gracias a ellos logró profesionalizarse en artes gráficas, lo que le ha permitido experimentar como diseñador de trajes y disfraces de fantasía con material reciclado.
Uno de los disfraces de Beiker Molina. Foto: Cortesía
Con sus diseños ha demostrado sus habilidades en algunos eventos internacionales de tatuajes, actividad que se convirtió en su fuente de empleo e ingresos económicos para él y su familia. Su esposa también es artista, su nombre es Katherine Rodríguez y se dedica al maquillaje, junto a Beiker comparten un estudio en Valhalla Tattoo Ink.