La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. En tanto, la salud mental se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.
Vioneth Villatoro Ramírez, consejera clínica profesional, explica cuáles son las señales de que una persona goza de salud mental:
1 - La persona tiene control sobre sus pensamientos, sus sentimientos y sus conductas.
2 - La persona se siente bien consigo mismo.
3 - La persona tiene buenas relaciones interpersonales, no es problemática, ni se mete en conflictos. Tampoco se aísla.
4 - Saben poner los problemas en la perspectiva correcta, no exagera ni minimiza ni niega los problemas.
5 - Sabe tomar decisiones, no es impulsiva.
6 - Desarrolla resistencia para el cambio y la adversidad, es una persona que cuando a su vida vienen situaciones adversas o inesperadas, las enfrenta de manera adecuada.
La salud mental es importante en cada etapa de la vida, desde la infancia pasando por la adolescencia, hasta la edad adulta. Así como una persona se enferma del cuerpo, también se puede enfermar de la mente, lo que no significa que está loca como nos podemos imaginar, por esta razón es que las personas se niegan a buscar la ayuda que necesitan y siguen sufriendo.
Algunas de las condiciones que pueden indican que nuestra mente no está bien son: la depresión, trastorno bipolar, trastorno de ansiedad, esquizofrenia y demencia, entre las más comunes.
Entre las causas destacan vivir en un entorno violento, sobrevivir a una catástrofe, factores genéticos, desbalances químicos, otra causa es una combinación de los factores antes mencionados.
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Prevención del suicidio
Este año el Día Mundial de la Salud Mental 2019 se centra en la prevención del suicidio. Cada suicidio es una tragedia que afecta a una familia, a una comunidad o a todo un país y que tiene consecuencias duraderas en las personas cercanas a la víctima.
La directora del departamento de salud mental de la Organización Mundial de la Salud, Devorad Kestel, dio un mensaje potente que compartimos enseguida:
"Cada 40 segundos alguien (en el mundo) se suicida, esto significa que cada año se pierden 800 mil vidas por esta causa. La juventud representa el futuro y pese a ello, el suicidio es la segunda causa de mortalidad entre jóvenes de 15 a 29 años, se deben intensificar los esfuerzos para que los jóvenes dispongan de los mecanismos de adaptación necesarios para enfrentarse a los retos que se les presentan, ya sea en la escuela, en la universidad o lugar de trabajo.
También debemos velar porque tengan el apoyo que necesitan en el momento adecuado. El suicidio puede afectar a cualquier persona, en cualquier lugar, es imperativo entonces fortalecer la salud mental y los sistemas de atención. Por cada suicidio pueden haber 20 intentos fallidos, las personas que sobreviven a un primer intento, corren mayor riesgo de intentarlo de nuevo, por lo que es importante prestarles el apoyo constante que necesitan.
Afortunadamente los suicidios se pueden prevenir. Las cuatro intervenciones esenciales para ayudar son: restringir el acceso a los medios de suicidio; alentar a los medios de comunicación a presentar relatos esperanzadores y no usar lenguaje sensacionalista cuando informan sobre el suicidó; promover programas orientados a que los jóvenes en las escuelas adquieran actitudes para enfrentarse a la vida; y por último, identificar el riesgo de suicidio lo antes posible para ofrecer apoyo oportuno. Todos juntos podemos salvar vidas".
Joker: la alerta sobre la salud mental
Alucinaciones, depresión y delirios son síntomas psicóticos del Joker, un individuo roto que se transforma en un agente del caos. Una persona enferma y una sociedad que le margina y le da la espalda conforman una mezcla que puede resultar detonante para la salud mental. Bajo este precepto fue elaborada una trama densa y dramática con elementos de cine negro.
Se trata de Joker, una película del director Todd Phillips que narra la historia Arthur Fleck, un comediante fallido, invisible para la sociedad en la que vive y fracturado por sus circunstancias que sufre una violenta y compleja transformación hacia la criminalidad.
Trastornos de ansiedad, depresión, trastorno bipolar, estrés post-traumático, trastornos psicóticos, incluyendo la esquizofrenia hacen parte de esas enfermedades que, en muchos casos, se viven en silencio y dificultan un diagnóstico oportuno. Una película que los adultos deben ver, pues no es filme adecuado para menores de edad.
