De los cinco jóvenes detenidos por la muerte del nicaragüense Jonathan Eduardo Espinoza Castellano, de 25 años, solo uno de ellos ha sido enviado a prisión provisional y sin derecho a fianza, por el delito de homicidio. Los otros cuatro sospechosos fueron puestos en libertad con cargos y son investigados por el delito de lesiones.
El crimen ocurrió el pasado domingo a las 8:30 de la mañana, en la Avenida Virgen de Guadalupe, cerca de un estanco (una tienda de artículos como tabaco) abierto las 24 horas, durante una riña entre dos grupos de jóvenes entre 21 y 29 años.
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La víctima había entrado aparentemente a comprar en el estanco y al salir quiso mediar en el conflicto, pero acabó siendo agredido. Testigos del hecho relataron que en un momento vieron cómo el joven nicaragüense se desplomó sobre la acera y, aunque algunas personas intentaron acercarse para auxiliarlo, varios integrantes del otro grupo continuaban propinándole patadas en las piernas mientras yacía inmóvil en el suelo, según investigaciones preliminares.
La investigación policial incluye la toma de declaraciones a testigos, la revisión de las cámaras de seguridad y el análisis del resultado de la autopsia.
El delegado del Gobierno en Extremadura, José Luis Quintana, ha destacado el trabajo de los agentes en este caso.
El Ayuntamiento de Cáceres ha anunciado que se hará cargo de los gastos funerarios tras la solicitud de la familia. En ese sentido, la madre de Jonathan viaja a España para participar en las honras fúnebres; posteriormente el cuerpo será cremado y sus cenizas trasladadas a Nicaragua.
