Cada 14 de junio, en el marco del Día Mundial del Donante de Sangre, se reconoce y celebra la noble labor de quienes, de manera voluntaria y desinteresada, contribuyen a salvar vidas con un acto tan simple como donar sangre.
Una de las historias que evidencia el impacto de esta acción es la de Ana Keyling Matute Herrera, una mujer de 31 años que fue diagnosticada con anemia de células falciformes cuando apenas tenía ocho meses de nacida.
Desde entonces, su vida ha dependido de transfusiones de sangre que debe recibir cada tres meses.
Keyling Herrera y su madre. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo
“Siempre hay un donante dispuesto a ayudarle a vivir”, expresó con gratitud su madre, Bertha Herrera, quien reconoce el enorme valor humano de los donantes.
“Gracias a ellos Ana Keylin sigue con nosotros. Salvan vidas y nos dan esperanza” agregó Bertha.
Casos como el de Ana Keyling Matute Herrera son el reflejo de lo vital que es mantener una cultura de donación constante y consciente.
Juan Carlos Cuevas es un ejemplo. Originario de La Trinidad y con 41 años, comentó que ha sido donante desde los 16 años.
Cada cierto tiempo, Carlos viaja a la ciudad de Estelí para donar sangre en Cruz Blanca y hoy, con convicción y orgullo, asegura que su mayor satisfacción es saber que con cada donación está ayudando a salvar vidas.
El Día Mundial del Donante de Sangre no solo busca homenajear a quienes donan, sino también motivar a más personas a sumarse a esta causa, porque donar sangre es donar vida.