Tras siete meses de búsqueda, las autoridades confirmaron el hallazgo de los restos humanos de Eduardo Beltrán, de 45 años de edad, quien desapareció en julio del 2024 cuando se dirigía a su trabajo en una finca de la comunidad San José, en San Fernando, Nueva Segovia.
Eduardo, conocido cariñosamente como "Sardina", era un vecino querido en el casco urbano de San Fernando. Su desaparición generó una intensa movilización entre los habitantes, quienes unieron esfuerzos para encontrarlo durante varios meses.
Finalmente, el hallazgo ocurrió ayer martes 11 de febrero, cuando dos personas, que exploraban las laderas de una montaña en la carretera hacia la comunidad Las Camelias, encontraron restos humanos y alertaron a las autoridades.
María de los Ángeles Beltrán Herrera, hermana de Eduardo, y su patrón, Nadir Isacio Beltrán, identificaron algunos objetos personales en el lugar, incluyendo un reloj, unas llaves y una mochila negra, lo que permitió confirmar la identidad de la víctima.
Con este hallazgo, la búsqueda de Eduardo llegó a su fin. Su familia ha decidido darle cristiana sepultura, mientras que las autoridades han descartado indicios de mano criminal en el caso.