Hace dos años, varias luminarias públicas del barrio Camilo Segundo, de la ciudad de Estelí, dejaron de alumbrar las calles, dejando a los pobladores y transeúntes en la penumbra nocturna.
A pesar de los llamados de los pobladores a la empresa comercializadora de energía eléctrica DISNORTE, las lámparas siguen sin ser reparadas, lo que ha generado una creciente incomodidad, ya que, en las facturas de servicio eléctrico, continúan registrándose el cobro correspondiente al alumbrado público.
Uno de los lugares que más requiere con urgencia el restablecimiento del alumbrado público es el puente ubicado de Variedades Vida cuatro cuadras al este, donde en varias ocasiones se han registrado accidentes debido a la falta de iluminación dijo Mario Antonio Pravia.
"Hay dos luminarias malas ahí y da miedo porque está muy oscuro. Al puente le falta un barandal y en lo oscuro hasta se pueden caer. Motociclistas pasan y están en riesgo. Por favor que compongan allí porque la gente lo necesita. Además en el recibo sale el cobro de alumbrado y no lo tenemos", comentó Pravia.
Pobladores de diferentes barrios jinoteganos lamentan la falta de alumbrado público en sus zonas.
El barrio Roger Hangier, Proyecto Linda Vista, Alfredo Alegría, San Antonio, El Jocote y otros, son parte de los sectores afectados.
La situación se prolonga hace largos meses, lo que representa inseguridad para ellos y las personas que se desplazan en horas de la noche hacia sus hogares o puntos de trabajos.
El pastor Porfirio Zeledón Picado, habitante de uno de los barrios afectados, relató que hace una semana cayó en un cauce en una zona oscura.
El incidente ocurrió cuando Zeledón se dirigía hacia su casa, al regresar de la iglesia. Ante esta situación, el afectado y los demás pobladores solicitan el actuar de la empresa DISNORTE para que resuelva esta problemática y evitar que ocurra una tragedia mayor.
Además, señalaron que es injusto que está situación se convierta en oportunidades para los delincuentes que aprovechan la vulnerabilidad de estos barrios para cometer fechorías que ponen en peligro la vida de los transeúntes.
"En este callejón que vivimos detrás de la escuelita Linda Vista no tenemos luz de noche porque la luminaria permanece más tiempo apagada que encendida de noche. Este es un problema ya tiene varios meses", dijo el pastor evangélico.
