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Maestros: Un pilar fundamental para la sociedad

Cada 29 de junio se celebra el Día del Maestro, una fecha para reconocer y homenajear a quienes dejan huella con sus enseñanzas y contribuyen directamente al desarrollo de la sociedad. En medio de su importante labor, los docentes están expuestos a varias enfermedades ocupacionales:

Gracias a los maestros es posible la formación para las demás profesiones. Imagen de referencia
Gracias a los maestros es posible la formación para las demás profesiones. Imagen de referencia

Periodista Redacción Digital ABC
29-Junio-2023
Estelí-Nicaragua

Cada 29 de junio se celebra el Día del Maestro Nicaragüense, en recuerdo del docente y héroe nacional Emmanuel Mongalo y Rubio, una fecha para reconocer y homenajear a quienes dejan huella con sus enseñanzas.

Los docentes comparten conocimientos, valores, inspiración, facilitan el aprendizaje y ayudan a potenciar las habilidades de sus estudiantes. Gracias a los maestros se logra desde aprender a escribir hasta alcanzar formaciones profesionales, por lo que contribuyen directamente al desarrollo de la sociedad.

En medio de su importante labor, con el paso de los años los docentes se exponen a enfermedades ocupacionales, tales como: trastornos musco-esqueléticos, es decir, al hacer movimientos repetidos pueden lesionar ciertos músculos, o hacer pinzamientos de nervios, lo más común en maestros es el síndrome del túnel carpiano, así lo indicó un médico esteliano que prefirió no ser citado.

También pueden sufrir estrés, problemas en la voz, insuficiencias venosas, problemas en la espalda, entre otras, y se exponen a sustancias químicas como los marcadores y las tizas con las que se corre el riesgo de desarrollar alergias que se pueden volver crónicas.

Pese a esto y las dificultades propias de la docencia, los maestros entregan lo mejor de sí, desde planear durante horas cada asignatura, hasta trasmitir su conocimiento en las aulas de clase.

La profesora jubilada Ana Rosa García Vega, de la ciudad de Estelí, relata que afortunadamente, en su caso no ha sufrido enfermedades por su labor y comparte lo satisfactorio de su profesión.

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"Empecé a trabajar como docente a la edad de 25 años y me jubilé a los 60. Comencé a trabajar en el programa de educación de adultos, teniendo una experiencia muy bonita, ya que es satisfactorio enseñar a tantas personas que no tuvieron la oportunidad de estudiar de forma diaria", comenta la profesora Ana Rosa.

"Es agradable ver a tantos jóvenes y adultos que ahora son profesionales. Gracias a Dios no padecí ninguna enfermedad cuando ejercí mi trabajo como docente", agrega la maestra jubilada.

Mientras, padres de familia y estudiantes cuentan desde su perspectiva personal el papel que han ocupado los docentes en sus vidas.

"Ellos también trasmiten valores y nos inspiran a ser mejores personas. Son de suma importancia porque nos brindan conocimientos a través de las experiencias que ellos tienen, también nos incitan a indagar, a interesarnos por el aprendizaje", expresan dos estudiantes.

"Además de enseñarles a leer, sumar y escribir, ellos trasmiten valores a nuestros hijos, pasan a ser segundos guías. Cada niño muchas veces considera a una maestra como una madre porque con ella comparte gran parte de su tiempo, les ayuda demasiado a formarse y a ser mejor persona", manifiestan dos padres de familia. 


Esta nota fue realizada con la colaboración de Dayana González, pasante de prensa de Noticias ABC.

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