Los habitantes de San Marcos, en el municipio de San Rafael del Norte, Jinotega, junto al Comité de Agua Potable buscan convertir ese poblado en uno de los más limpios y libres de contaminantes, pero otros se encargan de crear basureros ilegales.
Tal problema se convierte en un delito ambiental, porque incluso llegan a botar envases de agroquímicos, que pueden ser arrastrados por las corrientes hasta las fuentes de agua utilizadas para el consumo humano y aseo personal.
Víctor Ochoa, miembro del comité de agua potable de esa localidad, dijo que los envases llegan con residuos de veneno, que ponen en riesgo la salud de los humanos y de las especies acuáticas a través de la contaminación del agua.
Según Ochoa, la basura normalmente la llevan personas desde la ciudad de Estelí, según recibos de compras encontrados en el lugar, en esas facturas se puede apreciar el nombre de quien realizó la compra.
"Mucha gente incluso toma agua de la quebrada cuando están trabajando y esta otra gente, irresponsablemente está tirando estos envases. Esperamos que no se vuelva a dar esta situación, puesto que si se repite iremos directamente a las autoridades. El que utiliza agroquímicos debe recoger sus envases y depositarlos en un lugar adecuado o llevarlos a reciclar", señaló Ochoa.
