Hace 52 años, un cuatro de julio de 1970, en la iglesia Nuestra Señora de las Mercedes, en el municipio de Montebello, departamento de Antioquia, de la república de Colombia, el entonces diácono Julio Cesar López Hernández estaba delante de monseñor Alfonso Uribe Jaramillo, obispo de la Diócesis de Sansón Rionegro, para ser ordenado sacerdote.
Desde que estaba en el seminario Cristo Sacerdote, ubicado en La Ceja - Antioquia, el padre Julio López tenía puesto su corazón y vocación en la Diócesis de Estelí, pues en una visita que hizo Monseñor Clemente Carranza a Colombia, él solicitó ser incardinado a esta Diócesis de Nicaragua y a donde llegó en 1971, cuando tenía 25 años de edad y un año de ordenado sacerdote.
En esa misma parroquia, celebró ayer lunes la misa de acción de gracia por sus años de labor pastoral, misma que fue celebrada junto a los presbíteros Osman Amador y Elías Israel Bautista, vicarios de Iglesia Catedral.
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A sus 78 años de edad, el religioso dijo sentirse lleno de energía y felicidad, ya que, desde bien niño ha sido Dios el que ha iluminado su vida, y agradeció a la feligresía que lo ha acompañado en todo su caminar.
"Me parece que fue ayer, me parece mentira que el Señor me escogió, que no soy gran cosa, pero me ha hecho tan feliz. Estoy agradecido todos los días", dijo monseñor Julio César López.
Por su parte, el presbítero Osman Amador agradeció ese trabajo que ha desarrollado el sacerdote Julio César López a lo largo de estos años en la Diócesis de Estelí.
"Sin duda que el padre Julio López es un ejemplo para nosotros los nuevos sacerdotes, su entrega, su amor a la iglesia, su abnegación en las parroquias donde ha servido es para nosotros un modelo a seguir", manifestó el presbítero Osman Amador.
