"Aguacate, aguacate, aguacate", es lo que todas las mañanas dice con su peculiar voz don Julio Constantino. Un aguacate cremosito, gallopinto y tortilla se convierten en el desayuno perfecto de un esteliano, pero no puede llegar a casa, ni al plato, sino hay quien lo venda, y de eso se ha encargado don Julio Constantino Ríos Bustamante, un hombre de 79 años que ha recorrido por 35 años en su bicicleta y con una cajilla una a una las calles de los barrios de esta ciudad norteña.
Pese a su edad, este hombre es muy feliz pedaleando desde muy temprano para ofrecer con una voz sonora y fresca los aguacates, su único medio de trabajo y sobrevivencia, después de haber renunciado a su empleo en la industria del tabaco por problemas de salud y sin un capital para emprender, pero gracias a su honradez y honestidad, consiguió crédito.
35 años lleva don Julio Constantino vendiendo aguacates en Estelí. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo
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Don Julio Constantino es un vendedor nato y exitoso que ha demostrado fuerza, voluntad y deseos de superación luchando día a día para no caer en el sedentarismo, lo inútil y la mendicidad, ya que él no está de acuerdo con que los adultos mayores deban quedarse en casa sin hacer nada, porque asegura que eso enferma el alma y el corazón.
Este hombre inicia su día de trabajo a las 6 de la mañana, no tiene jefe ni hijos por mantener, pero tiene clientes exigentes que le obligan a conseguir un producto de calidad, por los que está dispuesto a madrugar y seguir trabajando hasta el último día de su vida, ya que con su trabajo no solo ha conseguido tener su casa, sino también pagar los estudios de sus hijos, según explicó él.
Don Julio dice que dejará de trabajar hasta que ya no pueda caminar. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo
"Algunas personas me dicen que no siga trabajando, que estoy muy viejo, pero yo seguiré hasta que no pueda caminar, yo me siento joven. Hice un préstamo al banco para comprar mi casita y con estos aguacates lo he pegado, no hay excusa para dejar de trabajar", cuenta don Julio Constantino, cuya voz ya se ha deteriorado por el paso de los años.