Cada 25 de agosto es celebrado el Día Internacional del Peluquero, un reconocimiento a estilistas y barberos que moldean la imagen personal, crean tendencias y mantienen viva una profesión que dialoga con el tiempo y la identidad, como parte de la vida cultural y social.
El barbero esteliano Larry Rivera compartió que empezó a trabajar desde los 14 años en este oficio, y una de las cosas que lo motivó a elegir esta profesión fue el amor y el deseo de salir adelante para darle un mejor futuro a su familia.
Destacó que los barberos deben adaptarse a las nuevas tecnologías, como el uso de máquinas con baterías y sin cables, las cuáles facilitan la movilidad de las manos. También es importante estar al día con las nuevas tendencias de cortes de cabello, para satisfacer las demandas de la población.
Por su parte, Edward Adrián Vásquez, también barbero, mencionó que para desempeñarse en este oficio se necesita mucha paciencia, perseverancia, empatía y un buen trato hacia los clientes que confían en el servicio para cuidar su imagen personal.
Esta fecha se originó en el siglo 17, cuando la profesión de peluquero era ejercida únicamente por plebeyos de sexo masculino. Su labor principal consistía en el mantenimiento y cuidado del cabello de las pelucas utilizadas por la nobleza.
Se eligió el día 25 de agosto para esta efeméride, debido a la Santificación de Luis IX, Rey de Francia por parte de la Iglesia Católica. Durante su reinado, jerarquizó esta profesión, declarando a su peluquero oficial como un hombre libre, asemejándolo con caballeros, jueces, médicos y magistrados, autorizándole el uso de un espadín como parte de su atuendo, considerado un símbolo de tal distinción.
