En el corazón del municipio de Macuelizo, Nueva Segovia, se alza el monumento natural Cerro de la Peña, una joya escondida entre montañas.
Este tesoro natural no solo ofrece una vista panorámica espectacular, sino que invita a una experiencia sensorial que reconforta el alma y despierta el espíritu aventurero.
Con una altitud aproximada de 1,200 metros sobre el nivel del mar, el cerro de la peña destaca por su silueta rocosa que emerge entre frondosos bosques de pino, roble y encino.
Su cima se convierte en un mirador natural privilegiado desde donde se puede contemplar gran parte del valle segoviano, las montañas vecinas e incluso, en días despejados, se alcanzan a ver territorios del vecino país de Honduras.
Además de su impresionante belleza, este monumento natural alberga una rica biodiversidad. En sus laderas viven especies endémicas, aves migratorias y una gran variedad de flora silvestre que llenan el aire de vida y color.
Para las comunidades locales, el Cerro de la Peña no solo es un espacio natural, sino también espiritual. Se le considera un punto energético especial, un lugar de recogimiento y reflexión.
Hoy, este sitio se ha convertido en un destino ideal para el senderismo, la fotografía de paisajes y el turismo de aventura.