Después de golear al Osasuna y antes del clásico ante Espanyol, Barcelona se tomó un recreo en Doha, a 6.500 kilómetros del Camp Nou, para jugar un amistoso con el Al Ahli, por un acuerdo con Qatar Airways. Para afrontar este encuentro, Luis Enrique viajó con todas sus figuras, pero bien rápido las preservó luego de mostrarlas un rato y liquidar el partido, que terminó 5 a 3 a favor de lo catalanes.