Lionel Messi está acostumbrado a que los árbitros cobren numerosas faltas que recibe durante los partidos. En el duelo que el conjunto catalán ganó 3 a 0 frente a Osasuna en Pamplona recibió cinco. Pudieron ser seis, pero él se encargó de pedirle al árbitro Juan Martínez Munuera que no sancionara infracción en una maniobra en la que no había sido golpeado.
Desde el suelo fue el propio Messi quien miró a Martínez Munuera y con el dedo índice de su mano derecha le indicó que no había existido infracción, en un gesto poco habitual en el fútbol profesional.