Mientras muchos niños de 7 a 10 años juegan en casa con muñecos o carros, salen a los parques y asisten a una escuela regular de primaria, Luis Alonso Rodríguez, originario de la ciudad de Estelí, ha tenido que privarse de todo. No por voluntad propia, sino por la discriminación y rechazo de los que ha sido víctima, todo por estar atrapado en el cuerpo de un adolescente.