Diomer Antonio Talavera Mejía sale de su casa y se sube al taxi para recorrer la ciudad de Estelí en busca del sustento de su familia y en particular, para conseguir la leche y medicinas de su pequeño Jeremy, quien tiene una discapacidad motora y sufre la ausencia de su madre. Él ha sabido alternar su vida de padre, taxista, compositor y artista, su mayor anhelo es ver caminar a su hijo, mientras tanto, canta para inspirar a sus pasajeros a seguir siempre adelante.