Amy Padilla, habitante de la comunidad Aranjuez, en San Fernando, Nueva Segovia, denunció la difícil situación sanitaria que enfrentan debido a que varias personas arrojan aguas sucias en la vía pública.
Esta práctica ha generado focos de infección, criaderos de zancudos y afectaciones directas en la salud de la población. "Yo estoy enferma, con fiebre, por los zancudos, toda esa agua sucia llega al cauce que pasa por mi propiedad, de nada sirve que yo cuide mi salud, si los demás no lo hacen", expresó preocupada la denunciante.
Según Padilla, el problema tiene más de dos años sin resolverse, a pesar de que ha sido informado al Ministerio de Salud (MINSA) y al responsable del bienestar social de la comunidad.
Aunque el MINSA realiza fumigaciones periódicas, la denunciante asegura que estas no son suficientes si no se sanciona a quienes provocan los focos de contaminación.
Padilla considera urgente que las autoridades establezcan multas o medidas correctivas para quienes tiran aguas sucias a la calle, recordando que cada hogar debe contar con un sumidero adecuado para sus desechos. "Deben buscar cómo multar a quienes no cumplen con las medidas de higiene", expresó Padilla.
La pobladora también alertó sobre la presencia de cerdos sueltos en las calles, lo que agrava el problema sanitario. Explicó que los desechos de los animales se mezclan con el agua contaminada, generando malos olores y aumentando los riesgos para la salud pública.
"Quienes tienen cerdos deben tener chiqueros adecuados, no es justo que los demás tengamos que soportar las consecuencias de esa irresponsabilidad", sostuvo Padilla.
