Durante muchos años, el oficio de zapatería floreció en la ciudad, pero ha ido desapareciendo gradualmente, dejando solo a unos pocos zapateros valientes que se resisten a dejar que esta tradición desaparezca por completo.
Para sobrevivir en un mercado cada vez más competitivo, han tenido que innovar y adaptarse a las nuevas demandas y tendencias. Uno de los últimos guardianes de la zapatería en Estelí es Samuel López Zeledón, un hombre de 85 años que comenzó a trabajar en este oficio cuando era solo un adolescente.
A pesar de los desafíos y las dificultades, Samuel López ha mantenido viva la tradición y se ha convertido en un símbolo viviente de la zapatería en la ciudad. Sin embargo, la escasez de mano de obra y la falta de interés de las nuevas generaciones por aprender el oficio son obstáculos importantes que amenazan la continuidad de esta artesanía.
En la década de 1980, la industria del zapato nicaragüense experimentó su época dorada, cuando la mayoría de las personas en el país preferían el calzado nacional. Pero con la entrada de grandes empresas y marcas internacionales, los zapateros locales se enfrentaron a una dura competencia.
Boanerges Arauz, otro zapatero de Estelí, ha tenido que diversificar su trabajo para mantenerse competitivo. Después de 40 años en el oficio, se ha dedicado a la elaboración de botas tipo tejanas, vaqueras, fajas y billeteras, adaptándose a las preferencias cambiantes de los clientes y buscando nuevos mercados.
Para adaptarse a la escasez de mano de obra y tener horarios más flexibles, los talleres de zapatería han comenzado a trasladarse a las viviendas de los colaboradores, pues los grandes talleres ahora funcionan principalmente como lugares de exhibición y comercialización.
A pesar de los desafíos y la incertidumbre, los zapateros de Estelí continúan luchando para que esta tradición perdure. Su valiosa contribución y perseverancia representan un legado cultural que esperan mantener vivo a través de la innovación y la adaptación a las nuevas tendencias, con la esperanza de que la zapatería en Estelí pueda superar los obstáculos y perdurar en el tiempo.
