Cada martes un grupo de 20 niños y niñas, entre las edades de 6 y 10 años, asisten a la casa de doña Aminta Talavera, lugar donde funciona un club de lectura en la comunidad de La Labranza Número Uno, jurisdicción del municipio de Condega, en el departamento de Estelí.
Doña Aminta no estudió pedagogía, ni magisterio, pero su deseo de ayudar la han llevado a la preparación y búsqueda de materiales educativos para desarrollar su función de facilitadora voluntaria, pues tiene claro que una buena lectura o dibujo facilita el desarrollo intelectual de la niñez.
A través de las dinámicas que se desarrollan en el club, el participante tiene la posibilidad de nutrir sus conocimientos de lectura y escritura: comprensión, razonamiento, así como competencias lingüísticas, además puede fomentar la expresión personal, el pensamiento creativo y la empatía con los demás niños.
Otro de los que participa como facilitador voluntario es Engels Hernández, quien asegura que la mayor satisfacción es poder ver los logros que han tenido en las escuelas, además permite mantener el interés de los asistentes por los estudios y evita la deserción escolar.
Para la creación de estas casas club de lectura rural se contó con la dotación de material didáctico por parte del organismo Visión Mundial Nicaragua y según las niñas Ashley Nazaret, Abigail Jezabel Peralta y Maryeling Dayelis Talavera, su participación en el club les ha permitido perder la pena y tener mejor rendimiento académico.
La selección de libros se realiza de manera colectiva, inclusive quienes aún no saben leer tienen la posibilidad de aprender a través de las ilustraciones.
